Hoy por HoyLa mirada
Opinión

Par de reyes

Pero me cuentan que allá tienen ese rey, muy raro: que ya no vive en sus pagos y solo va a regatear porque le quieren cobrar muy caro lo que ha cobrado

Par de reyes

Me han dicho que allá en España

en vez de un rey tienen dos.

Ya tener uno, por dios,

sería bastante castigo:

sin reyes y sin mendigos

se vive mucho mejor.

Pero me cuentan que allá

tienen ese rey, muy raro:

que ya no vive en sus pagos

y solo va a regatear

porque le quieren cobrar

muy caro lo que ha cobrado.

Allí navega y marea

en su velero Bribón

que es una definición

para el barco o para el hombre:

hicieron casting de nombres

y no encontraron mejor.

Él mora en otro país,

en el desierto de Arabia,

y no le alcanza la labia

pa’que lo dejen volver

a su reino. Qué va a hacer,

debe estar loco de rabia.

En su reino reina ahora

el muchachito que tuvo

en esos tiempos que anduvo

casado con su señora.

El muchacho no lo añora

y prefiere que no venga:

cuando la chancha está renga

nadie quiere pasearla

más bien prefieren guardarla

lejos, mientras les convenga.

Y tan lejos lo quería

que dijo que rechazó

la herencia que le dejó

su padre para su gozo.

Tiene su gracia este mozo:

así rechazo hasta yo.

Porque la herencia real

no es dinero ni chamizos

ni fondos en paraísos

ni la cuenta de onlyfán.

Es ese trono que dan

al hijo de uno al que san

Pitopato le dio un trono:

esa es la herencia y tan mono

se la quedó sin chistar.

Así él es el rey de ahora.

Debe ser lindo ser rey:

te tienen que obedecer,

vestir, servir de comer,

y olvidarse de la ley

cuando te pasás de listo:

delito, visto y no visto,

que para eso sos el rey.

Tener un rey es tan raro

y quién sabe si lo quieren

sus paisanos o prefieren

dejarlo al fin en el paro.

Los gobiernos, está claro,

no quieren averiguarlo:

se privan de preguntarlo

por miedo de la respuesta;

una democracia honesta

dudaría sin dudarlo.