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Una condena o incluso la entrada en la cárcel no impedirían a Trump intentar volver a la Casa Blanca

Su anterior vicepresidente, Mike Pence, insinúa que debería abandonar su pretensión de volver a gobernar

Partidarios de Donald Trump en Nueva York / Michael M. Santiago

A pesar de tener tres causas abiertas, más de cuarenta acusaciones y de que se puede enfrentar a penas de hasta cien años de prisión en total, Donald Trump no tiene intención de abandonar su plan de volver a la Casa Blanca, y es que además no hay impedimentos legales para que lo haga.

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El artículo II de la Constitución de Estados Unidos establece los requisitos para ser presidente del país, entre los que consta haber nacido allí, tener al menos treinta y cinco años de edad y haber vivido en el territorio estadounidense un mínimo de catorce años.

Hay también una enmienda que limita el máximo de mandatos a dos, pero en cambio no figura ninguna prohibición o consideración relacionada con un presidente imputado o incluso condenado por haber cometido algún delito. La única excepción es el delito de insurrección, que no está entre los que pesan sobre Trump.

Es más, si Trump fuera condenado y aún así llegara a ganar las elecciones, podría intentar después indultarse a sí mismo, aunque la Corte Suprema del país debería determinar si realmente un presidente tiene esa capacidad.

Trump figura como favorito en las encuestas para ser el candidato del Partido Republicano de nuevo a pesar de todas las causas abiertas contra él relacionadas con los documentos confidenciales que escondía en su mansión de Florida, con el supuesto intento de silenciar a una mujer con la que había mantenido relaciones y, por último, por intentar en apariencia revertir el resultado de las elecciones de 2020.

Mensajes críticos en su partido

A pesar de ese favoritismo de Trump, las últimas acusaciones contra él han abierto brechas en el seno del Partido Republicano. La más llamativa la protagoniza quien fuera su vicepresidente, Mike Pence, que ha publicado un tweet en el que argumenta que quien se ponga a sí mismo por encima de la Constitución no debería ser presidente de Estados Unidos.

En el texto con la acusación contra Trump se puede leer cómo el expresidente presionó a Pence para que respaldara su pretensión de anular las elecciones. De hecho, detalla que cuando Pence le felicitó la Navidad de 2020, Trump cambió la conversación para pedirle que rechazara el resultado electoral. Pence argumentó que no tenía la capacidad de revertir un resultado electoral y Trump le reprendió de nuevo días después, según consta en el escrito.

Otro candidato a ser el elegido por el Partido Republicano, Asa Hutchinson, ha pedido a Trump que renuncie a su campaña por su "responsabilidad moral" en el ataque al Capitolio.

Un precedente histórico

Si Trump fuera condenado y terminara aún así concurriendo a las elecciones no sería el primer caso en la historia estadounidense en el que coincidirían esas circunstancias. Hace un siglo, en 1920, el candidato a la Casa Blanca Eugene Debs se presentó a las elecciones mientras estaba en la cárcel en Atlanta después de haber sido condenado por sedición por posicionarse contra la intervención de Estados Unidos en la I Guerra Mundial.

Era la cuarta vez que Debs se presentaba a las elecciones y de hecho fue cuando más votos logró, cerca de un millón, que sin embargo no le valieron para ser ni siquiera el candidato más apoyado en ningún Estado del país.

Antonio Martín

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...

 
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