Don Carles, apestado y deseado
¿Es políticamente responsable depender de él? ¿Tiene cuernos y cola? ¿Come niños? No lo sabemos
La línea 25 | Don Carles, apestado y deseado | Idafe Martín
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Madrid
Les voy a contar un cuento, el de Don Carles. Allá por el otoño de 2017, cuando huyó de la Justicia española para refugiarse en Bélgica, el presidente catalán, exiliado político según unos y golpista según otros, era una estrella mediática. Más de 200 periodistas peleamos casi físicamente por un sitio en su primera conferencia de prensa. Todas las grandes cadenas de televisión del mundo querían entrevistarle. Pero Bruselas es una trituradora de noticias y el interés se fue perdiendo. El caso catalán era llamativo, pero ¿cómo competir con Zelensky resistiendo a la potencia nuclear rusa?
Desde su mansión en el Waterloo que de Napoleón Bonaparte apenas le queda un pequeño museo, Don Carles se diluía poco a poco en el interés de catalanes y españoles hasta que el resultado electoral le colocó como pieza maestra de la legislatura. ¿Se puede confiar en Don Carles? ¿Es políticamente responsable depender de él? ¿Tiene cuernos y cola? ¿Come niños? No lo sabemos.
Lo que sí sabemos gracias a Rafa Latorre, de El Mundo, es que Don Carles no es un cobarde, que de haberlo sido no habría huído. Latorre se pregunta qué podría seducir a Don Carles para sumar sus indispensables diputados a la investidura de Don Pedro, quien difícilmente podría engañarle porque Don Carles, advierte Latorre, sabe sumar y restar. Antonio Lucas, también en El Mundo, le llama “pícaro, correoso y minoritario” y apuesta a que Don Carles “reventará el casino” porque su partido “proviene de un linaje de comisionistas y extorsionadores”. En ABC Ángel Expósito asegura que Don Carles, a quien entre otras cosas llama lunático, se está preguntando qué sería peor para España, si otro Gobierno de Sánchez o elecciones en diciembre.
Salvador Sostres advierte a la derecha que no trate a Don Carles como un peligro a la patria sino como un traidor a la causa independentista porque de lo contrario le ensalza ante los suyos y que incorporar a los enemigos de España a la gobernabilidad es alejarlos de sus objetivos. Si de Sostres dependiera Don Carles sería ministro de Exteriores. Pero tal vez el más original es su compañero de periódico Ignacio Camacho, quien cree que los pecados de Don Carles serán perdonados por el sumo sacerdote Don Pedro para convertirle en “venerable santo laico” y en, asegura Camacho desde la calentura de este tórrido verano, la Julia Roberts de Pretty Woman.