La erótica del poder y cómo se castiga la sexualidad femenina

Una de las definiciones de la Real Academia para erótica es "atracción muy intensa, semejante a la sexual, que se siente hacia el poder, el dinero o la fama". Empezamos este episodio de La Hora Extra con Erótica, de Madonna, una de las mujeres más influyentes del mundo durante décadas, aunque hoy en la lista Forbes no aparece, sí están - por debajo de Ursula von der Leyen, que es la más influyente - Riahanna, Taylor Swift, Beyoncé o Dolly Parton.

Si algo nos ha quedado claro esta temporada es que el deseo es el motor de todo. El deseo y del deseo nacen el amor o el sexo. Hemos hablado de mucho del motor del amor en La Hora Extra, hoy de sexo, sexualidad y sensualidad, erotismo y poder, el poder del erotismo o la erótica del poder, aunque algunos hombres se mofen de ella.

El poder es el mayor afrodisíaco, decía Henry Kissinger, y la erótica del poder es esa fuerza capaz de convencerte y trasladarte al polo opuesto de tu autoconcepto. Una de las que entendió a la perfección esa sensación fue Marilyn Monroe, de cuyo fallecimiento se han cumplido 61 años esta semana. O Maria Callas, de la que hemos hablado mucho en este programa este 2023. Mucho ha abordado la cultura la atracción de las mujeres hacia los hombres poderosos, pero ¿son igual de atractivas las mujeres poderosas para ellos o las ven acomo autoritarias y agresivas? ¿Cuestionan su masculinidad?, ¿se sienten menos hombres? El poder de la erótica, el eros del poder en La Hora Extra.

El sexo tiene el poder de mover y ese poder se llama Salomé

Esta semana llega al Festival de Mérida 'Salomé', una obra escrita y dirigida por Magüi Mira, protagonizada por Belén Rueda. "El sexo tiene el poder de mover el mundo, amarlo y destruirlo. Y ese poder se llama Salomé. Salomé es la expresión del Poder Sensual (y sexual) absoluto, extrema su deseo por Juan el Bautista, un deseo que se desborda en muerte". Inspirada en la historia bíblica, su autora afirma que quería contar ese poder que ha tenido siempre el sexo de la mujer, durante siglos su único poder de seducción, de conseguir lo que quería. El erotismo, añade Belén Rueda, que no es solamente sexo, es la forma de manifestar lo que quieres y conseguir lo que quieres.

Traído a la actualidad, el texto amplía el imaginario del público en torno a Salomé, más allá de la danza de los siete velos y la cabeza de Juan el Bautista, nos han contado las dos en una sala de ensayos antes de estrenar en Mérida. Todos los personajes buscan la libertad y un tiempo nuevo. Se enfrentan a los Guardianes de la Moral, que demonizan la sexualidad femenina, tachándolas de putas. Hay una escena brutal en la obra que recuerda a Jauría, la obra de Miguel del Arco sobre la víctima de La Manada.

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Gioconda Belli nos invita al país de las mujeres

Seguimos analizando la erótica del poder con Gioconda Belli. La poeta y escritora nicaragüense creó en los años 80 un partido político: El Partido de la Izquierda Erótica. Gioconda Belli ha estado en La Hora Extra para presentarnos 'El país de las mujeres', una novela que publicó en 2010 y que ha reeditado este año Seix Barral. En Faguas, un grupo de mujeres crea un partido femenino, el PIE, el Partido de la Izquierda Erótica. Una erupción volcánica hace que se reduzca temporalmente el nivel de testosterona de los hombres, volviéndolos más mansos, dóciles, sensibles... y permitiendo que estas mujeres ganen las elecciones y alcancen el poder.

Estas mujeres instauran un nuevo paradigma basado en el eros femenino, con el felicismo como ideología. Charlamos del poder del eros femenino, de la castigada sexualidad femenina y de cómo sería este país gobernado solo por mujeres. Cuando Belli presentó la novela en 2010, decía que la escribió con la esperanza de que la realidad, paso a paso, se acabara pareciendo más a esta ficción. Analizamos los avances y retrocesos a los que nos enfrentamos en España y en América Latina. Cuál es el origen de ese odio al feminismo. Y ¿sería más pacífico y sostenible un mundo gobernado solo por mujeres? Es una pregunta recurrente este año en La Hora Extra.

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Francés, Spínola y Úrculo: tres exposiciones que no debes perderte

Seguimos con dos mujeres. La primera Juana Francés, una artista alicantina sobre la que también se han puesto muchas etiquetas que ahora una exposición trata de borrar. Nos vamos a la sede alcoyana del IVAM, del Instituto Valenciano de Arte Moderno, que reúne más de un centenar de piezas y numerosa documentación de esta pintora invisibilizada durante la dictadura, la única mujer del grupo El Paso.

Juana Francés fue mucho más de lo que nos contaron los grandes titulares que han acompañado a la artista a lo largo de los años: los que insistían en presentarla como la pintora informalista y gestual, la pintora de las arenas del río o la única mujer del grupo El Paso. Esta exposición es una antología que abarca todas sus etapas creativas de forma cronológica y que quiere dar una visión más intimista de su arte y de sus fuentes de inspiración. Resalta, por ejemplo, la influencia que tuvo el teatro del absurdo de posguerra en sus piezas o cómo quiso poner de relieve la incomunicación del hombre en la era moderna. Pero también busca contextualizar y poner en valor la figura de Juana Francés como una de las artistas españolas más importantes del siglo XX. Y no sólo lo fue de puertas para dentro, sino que su arte se exhibió en varias muestras internacionales celebradas en ciudades como Venecia, París o Nueva York.

Y lo novedoso es que a lo largo del recorrido se muestran elementos inéditos que hasta ahora se desconocían, como su participación en los poblados de colonización dirigidos por el arquitecto José Luís Fernández del Amo, que revelan su interés por la arqueología. O la relación de sus últimas series (cometas y fondos submarinos) con las imágenes recepcionadas en La Tierra desde la nave espacial 'Viking I' tras su llegada a la órbita de Marte. Y también los dibujos sobre papel que inició en 1963. Una exposición que huye de las etiquetas y que trata de poner el foco en su valía artística, que permanecerá abierta al público hasta el 14 de enero de 2024.

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De Juana Francés a Julia Spínola, la luz natural ilumina la obra de esta artista madrileña en el museo Artium de Vitoria-Gasteiz. Depende de la hora del día y día del año en el que la visitemos, la sensación será diferente. Las estructuras de Julia Spínola nos invitan a reflexionar sobre qué es una persona, sobre las imágenes que se graban en nosotros y juegan con el tiempo, el pasado es presente. 'Persona, foto, copia' son las tres palabras que dan nombre a la exposición que se compone de 18 piezas, aunque a la artista no le gusta hablar de piezas individuales, sino de una misma obra, ya que, nos explica, cuando está en el proceso de creación, desarrolla todas las figuras pensando en una sola unidad. Insiste en que no le gustan las exhibiciones jerarquizadas, no piensa en un recorrido, sino en una misma obra en la que todos los elementos son de igual importancia.

Un espacio singular para una exposición única. La sala A2 del museo Artium cuenta con unas ventanas altas en forma de escotilla que permiten alterar el estado de luz del lugar en base a las necesidades de la muestra. La iluminación es una característica que Spínola viene cuidando en sus últimas obras y qué -según la artista- "damos por hecho, pero afecta mucho a la manera de ver las figuras". Sin carteles ni explicaciones, esta es una exposición libre a la interpretación. Hasta el 10 de diciembre de 2023.

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Y terminamos en Avilés con Eduardo Úrculo. La exposición 'Úrculo: El enigma del viajero' recoge en el Centro Niemeyer un centenar de pinturas y esculturas este creador vasco-asturiano, uno de los artistas más importantes del arte contemporáneo. Desde sus icónicos hombres con sombrero y gabardina hasta los acrílicos del pop-art más transgresor, sus obras han estado cargadas de deseo y color, de sexualidad y erotismo, nuestro tema de hoy.

En el 20º aniversario de su fallecimiento, Eduardo Úrculo demuestra que su fulgurante obra está más viva que nunca con esta exposición que pretende ser un recorrido por la evolución del trabajo vital de Úrculo, gracias a un compendio de cien litografías, dibujos, óleos, acrílicos, témperas, esculturas en bronce o grabados procedentes de la colección de su único hijo, Yoann Úrculo, y de varios fondos artísticos particulares, así como una selección de útiles de trabajo y objetos personales del artista que imbuyen al visitante en la atmósfera creadora del “pintor que hace esculturas”, como él mismo se definía.

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En definitiva, una aventura estética que transita por las diversas etapas del artista, desde la del artista desarraigado, gris, desesperado y en busca de la continuidad de sus primeros años, hasta el Úrculo viajero, misterioso y silencioso, entregado a una visión cosmopolita del arte, pasando por las creaciones informalistas, clandestinas, cargadas de deseo y color, sexualidad, erotismo e inmoralidad de su periodo de tránsito.