Miguel Ríos invita a sus amigos a hablar de las canciones que les convirtieron en quienes son
Eva Amaral, Juan Aguirre, Diego Manrique y Raúl Rodríguez Quiñones son los invitados del último episodio de "Artista Invitado", el programa en el que la Cadena Ser invita a grandes profesionales a dirigir y presentar el programa que ellos quieran
Miguel Ríos
Madrid
En el programa especial de verano que dirige Miguel Ríos el tema central es la música vista por quienes la hacen y la estudian. El veterano artista se rodea de sabios, como el veterano crítico musical Diego Manrique o el guitarrista, compositor y antropólogo Raúl Rodríguez Quiñones, y de dos personas que han conectado como pocos con un público amplísimo, el dúo Amaral, formado por Eva Amaral y Juan Aguirre, para conversar sobre las canciones que despertaron su amor por la música. Por la música como creación y disfrute desde el ser humano desde nuestro origen como especie, y también por esas canciones que forman parte de su ADN.
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Raúl Rodríguez explica, desde la antropología, que la música probablemente naciera cuando, alrededor del fuego, las personas se reunieran para contar lo sucedido en el día y esas narraciones se hicieran con palabras ritmadas. "Hay un poder sancionador del ritmo sobre la palabra. Aquello que está a compás te lo crees. La mentira no tiene ritmo". No es la única sentencia que deja maravillados a sus interlocutores a lo largo del programa. También su definición del momento de la creación musical, la inspiración que entra como un fantasma y transforma el aire del cuarto en el que estás: "a ese momento le tengo un respeto sagrado", explica Raul. "Lo demás es construir el templo".
Y esos templos que suenan en el programa van desde el "Adeste Fideles" que Miguel Ríos cantaba en el coro de la iglesia y que le hacía sentir que se había conectado con algo especial, hasta el "Just like Heaven", de The Cure, que para Eva y Juan remite al nacimiento de la escena musical en Zaragoza en los años 80. Diego Manrique se retrotrae a los años en los que descubrió la sensualidad de los ritmos afrocaribeños con temas como "El Manisero", tocado por la orquesta de Xavier Cugat, mientras que Raúl Rodríguez cuenta cómo al principio no fue capaz de "ver" el flamenco puesto que, como sevillano e hijo de Martirio, lo tenía demasiado cerca. Sin embargo, con el tiempo, se fue dando cuenta de que en el quejido de Fernanda de Utrera había una energía igual que en el desgarro de Janis Joplin.
En el programa la música y la amistad crean la magia de la vibración. Algo que, para Miguel Ríos, es el fin de toda canción: "que los demás vibren". Y vibramos.
Irene Escolar