¿Qué va a hacer el rey? Apoyar al candidato más votado o al que puede reunir los apoyos suficientes para una posible investidura

Madrid

Los resultados del pasado 23 de julio han dejado una situación delicada para el Rey. Tras la ronda de consultas que comenzará después del próximo 17 de agosto, Felipe VI deberá proponerle al Congreso un candidato para que se someta a la investidura. Sin embargo, hay dos nombres que pueden reclamar su oportunidad para gobernar: por un lado, Alberto Núñez Feijóo, el líder del Partido Popular, que obtuvo el mayor número de escaños en las urnas; y por otro, Pedro Sánchez, que, a la espera de que se pronuncien todos los grupos parlamentarios, puede ser el candidato con una mayoría suficiente para gobernar.

El artículo 99 de la Constitución (CE) es claro. El profesor de Derecho Constitucional en la UNED, Carlos Fernández, señala que el papel del monarca consiste en "realizar una ronda de consultas con los líderes de los diferentes grupos políticos con representación parlamentaria en el Congreso de los diputados, para después proponer a un candidato a la Presidencia del Gobierno". Sin embargo, la CE no contempla ninguna excepción, como la que se vivió en 2016 cuando el expresidente popular Mariano Rajoy declinó aceptar la propuesta del rey para intentar una investidura.

Conseguir una mayoría suficiente

Además, tampoco establece una condición determinada. "No hay ninguna norma respecto a quién encargárselo, lo que se opina en la doctrina constitucionalista es que, simplemente, se lo debe encomendar a quien tenga más posibilidades de conseguirlo", explica Joaquín Uría, exletrado del Tribunal Constitucional. Por lo tanto, "no tiene por qué salir quién ha conseguido más votos en los comicios. Si hay varios candidatos, como puede ocurrir en esta ocasión, debe encargárselo a quien tenga una mayoría suficiente. El objetivo de la investidura no es que una persona se promocione, sino que España tenga un presidente del Gobierno".

Sin embargo, el papel de Felipe VI este año es más comprometido. Fernández explica que, al no haber una mayoría clara como en legislaturas anteriores, la neutralidad de la monarquía no debe verse "manchada por tintes políticos" y tiene que mantenerse al margen de "los juegos políticos". Para lo que, en esta circunstancia, es clave el papel del presidente de la Cámara Baja. Uría asegura que "le corresponde la parte política, sobre todo para conocer el papel de formaciones como Junts, ERC o EH Bildu", que no reconocen la monarquía española. Y en caso de que, tras la ronda de consultas, no haya ningún candidato con opciones a presidir: "No hay un plazo. Ya ha pasado en otras ocasiones. Si el monarca y el presidente de las cortes concluyen que, previsiblemente, nadie tiene mayoría absoluta, puede decidir tomarse más tiempo", afirma el exletrado del Tribunal Constitucional.