Europa no nos quiere

Madrid

Muchos dirigentes políticos de izquierdas y buena parte de la prensa, de todos los colores, aseguran desde hace tiempo que Vox contamina ideológicamente al Partido Popular. Parece evidente que los populares han entrado desde la aparición de Vox en territorios ideológicos que en España apenas tenían mercado, pero en sus filas ya existían desde hace décadas dirigentes que en política europea mantienen discursos alejados de lo habitual entre los conservadores europeos y más cercanos a movimientos de extrema derecha y a figuras como la francesa Marine Le Pen, el italiano Matteo Salvini o el húngaro Viktor Orban.

Esperanza Aguirre, ejemplo perfecto de esa ala reaccionaria del Partido Popular a la que le gusta llamarse liberal, reconvertida ahora en columnista, publicó el pasado fin de semana una columna en The Objective que, más allá de mentiras y errores factuales de bulto, es muy interesante para ver cómo una parte del Partido Popular está adelantando por el arcén incluso a la italiana Giorgia Meloni.

Aguirre repite todos los tópicos y bulos de la extrema derecha: que la Unión Europea es una “ilimitada burocracia” que produce normas infinitas y hace perder soberanía a las naciones de Europa, que la Comisión Europea castiga a países que no siguen los dogmas de corrección política que emanan de Bruselas, que los “inquisidores europeos” no hacen nada contra Sánchez a pesar de apoyarse en partidos comunistas, filoetarras y golpistas, que España tiene ministros que no respetan ni la propiedad privada ni el Estado de derecho.

Aguirre se muestra decepcionada porque Von der Leyen, de quien recuerda que es de la misma familia política que Don Alberto, “no haya tenido un rato para acompañarle en algún mitin” y expresarle públicamente su incondicional apoyo. Teniendo en cuenta los choques del PP con Von der Leyen tal vez es que no es tan incondicional ese apoyo.

Aguirre incluso considera “incomprensible” que ningún dirigente del PP europeo haya participado en la campaña. Cree que “si la UE hubiera alertado del peligro que supone Don Pedro muchos españoles que votaron al PSOE se lo hubieran pensado más”. Doña Esperanza escribe también que los populares deben saber explicar a la prensa internacional lo que es Don Pedro, que parece que los corresponsales en Madrid no se enteran de nada. Lejos de esta columna tener el afán de amargarle la noche a Doña Esperanza, pero tal vez esa prensa y esos dirigentes conservadores europeos vieron más peligro en los amistades de Don Alberto que en las de Don Pedro. Y sobre todo en las tendencias eurófobas de personas como la propia Doña Esperanza.

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