Los guapos tenemos que ayudarnos
En política todo es más sencillo cuando se es bajito, feúcho y calvo, cosas fáciles de hacerse perdonar
Los guapos tenemos que ayudarnos
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Madrid
Para comerse el mundo nunca ha hecho falta más que ser alto y guapo y hablar inglés. Como Pedro Sánchez. Pero antes de comerse el mundo tendrá que formar gobierno, y ahí lo de ser alto y guapo no le va a ayudar. Pere Aragonés le va a pedir la intemerata solo porque lo dobla en estatura. Aitor Esteban lo mismo porque le sienta mejor la americana. ¿Y qué decir de Puigdemont, que odia a Sánchez por su estilismo capilar?
En política todo es más sencillo cuando se es bajito, feúcho y calvo, cosas fáciles de hacerse perdonar. Miren Pujol, qué bien le fue.
Ahora Pedro tiene que conseguir el voto de esa panda de feos resentidos. Y tiene que hacerlo además prometiéndoles muy poco y dejando claro que les va a dar aún menos, porque esas promesas serían munición para Feijóo en una hipotética repetición electoral. A ver cómo lo hace.
Yo a Pedro lo entiendo perfectamente. Nuestra vida, la de los guapos, es un auténtico calvario, siempre enfrentándonos a prejuicios, siempre teniendo que demostrar que somos algo más que una cara bonita.
Una cosa te digo, Pedro. Los guapos tenemos que ayudarnos entre nosotros. Si las cosas acaban mal, que sepas que en mi casa siempre tendrás un plato de sopa.
