La familia de Daniel Sancho, en prisión provisional en Tailandia por el asesinato del colombiano Edwin Arrieta, aseguró este jueves en un comunicado que siente «mucho el fallecimiento de Edwin», y reiteró su intención de no hacer más declaraciones «para respetar el momento tan doloroso que estamos viviendo ambas familias». «Agradecemos el interés de la prensa, pero no podemos hacer declaraciones en este momento para no inmiscuirnos en la investigación y para respetar el momento tan doloroso que estamos viviendo ambas familias en este terrible situación que nos ha tocado vivir», reza el breve comunicado, leído a EFE por Fernando Oca, director del despacho de abogados que representa a Sancho. La familia de la víctima publicó hace solo unos días un comunicado similar, aunque la hermana de Arrieta ha atendido a diversos medios de comunicación para hablar del caso: El español es el hijo del actor Rodolfo Sancho y la también actriz Silvia Bronchalo y se ha declarado culpable de asesinar y desmembrar al cirujano colombiano Edwin Arrieta, mientras ambos pasaban unos días de vacaciones en Ko Pha Ngan, la isla tailandesa famosa por la celebración mensual de la Full Moon Party (fiesta de la luna llena). La víctima, el doctor Edwin Arrieta Arteaga, de 44 años, nació en el municipio de Santa Cruz de Lorica. Tal y como describe en su página web profesional, Arrieta se graduó en cirugía por la Universidad Metropolitana de Barranquilla. Seguidamente, decidió especializarse en Cirugía Plástica y Reconstructiva en la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Para completar sus estudios, Edwin realizó la residencia en Cirugía Plástica en el Hospital Interzonal General Agudos Mariano Castex en Buenos Aires. Sancho, que llegó a Koh Phangan el 1 de agosto con la idea de practicar boxeo tailandés (Muay Thai), se encontró allí un día después con Arrieta, que viajó a Tailandia siguiendo sus pasos, según relató a EFE el joven español. El propio Sancho reportó un día después, la noche del jueves 3 de agosto, la desaparición del colombiano en la comisaría de Koh Phangan, y comenzó a ser interrogado como sospechoso el viernes. El sábado fue detenido, tras descubrir la policía que los restos encontrados tanto en el vertedero de la isla de Koh Panghan, como las pruebas del kayak hallado en la playa de Salat corresponden con Arrieta. Además, Sancho confesó a la Policía tailandesa que había cometido el crimen. Hasta el momento, se han encontrado siete partes de las quince en las que el cadáver de Arrieta fue desmembrado, según confesó Sancho a la policía durante los interrogatorios, dijeron a EFE los agentes en Koh Phangan, donde fue detenido el pasado día 5 tras ser interrogado y permanecer en custodia policial desde la víspera. En declaraciones a EFE el pasado día 7 Sancho reconoció que estaba dispuesto a colaborar «en todo lo que pueda» con la Justicia y ha acompañado a los policías en varias ocasiones a hacer reconstrucciones del crimen en distintas localizaciones, como la playa desde donde confesó haber tirado al mar la mayoría de los restos y la villa en la que podría haber cometido el asesinato. A pesar de la colaboración y confesión detallada del español, la policía sigue buscando partes del cuerpo y algunas posibles pruebas como el teléfono móvil de la víctima, a la que ya ha identificado. En este sentido, la policía reveló hoy a EFE que Sancho señaló uno o dos contenedores de basura donde supuestamente arrojó parte de los restos de Arrieta, aunque creen que se pudo equivocar ya que «no conoce bien la zona y podía estar desorientado». «Su estado anímico sigue siendo bueno», afirmó por teléfono Watcharapong Boonsaior, director de la prisión del distrito de Koh Samui, donde Sancho ingresó de forma provisional el día 7. Boonsaior explicó que aunque a su entrada en la prisión Sancho «no mostró signos de miedo o ansiedad», dos funcionarios de la prisión tienen el encargo de ocuparse de él y «conversar con él para aliviar cualquier estrés potencial». El director del centro señaló que el español no recibirá ningún trato especial y «tiene los mismos derechos que otros reclusos». La cárcel de Samui es una prisión considerada como «amable» para penas máximas de 15 años« y Sancho se encuentra de momento en una división interna »más tranquila«, en la que las celdas son »mejores y tienen menos presos, aseguran fuentes cercanas al caso. El director de la prisión no ha querido comentar si Sancho ha tenido oportunidad de conocer a Carlos Alcañiz, otro español encarcelado en el mismo centro. El asesino confeso podría ser trasladado, una vez condenado, a una cárcel de máxima seguridad en Bangkok. El código penal tailandés contempla como máximo la pena capital para delitos de asesinato, si bien, de dictarse, ésta suele ser después conmutada por la cadena perpetua. Una vez sea condenado y tras cumplir al menos cuatro años de su condena, siempre y cuando ésta no sea la pena capital, Sancho tendría derecho a solicitar su traslado a una prisión española, aunque podría ser rechazado por España o por Tailandia.