Pide que le corten una tostada a la mitad en un restaurante y no da crédito a lo que aperece en el ticket
"Nos llevó tiempo cortarlo en dos. Y el trabajo vale la pena"
Imagen de archivo de una cuenta del bar / Frederick Bass
Madrid
El verano se trata de una de las épocas donde más movimiento de turistas se produce en todo el mundo. Movimientos que tienen un gran impacto en la economía de los distintos países, ya que se refleja en diversos sectores como el aeronáutico, el hostelero, o la restauración. De hecho, son muchos los restaurantes y bares que aprovechan su localización en lugares con gran afluencia de visitantes para subir los precios de forma alarmante, o incluso incluir recargos dudosamente justificables. Ante esto, muchos comensales optan por compartir su indignación a través de las redes sociales, o reseñas de internet, con el fin de avisar a otros posibles clientes.
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En esta ocasión ha sido el usuario de 'X', antiguo Twitter, quien se ha hecho eco de un ticket ha causado una gran polémica en las redes. No obstante, como cuenta el diario laRepubblica, el ticket original fue publicado por una mujer que se encontraba visitando el Lago Como, en Italia, y que decidió parar a comer en uno de los locales que cuentran próximos. La clienta consumió una tostada vegetariana con patatas, unos refrescos, y un café Espresso, como se puede ver en la imagen, sin embargo, pidió al personal del local, que dividiera la tostada en dos para poder compartirlo con su acompañante. Una petición que hizo que el restaurante incluyera un recargo de dos euros en la cuenta, en concepto de "cortar por la mitad".
Como sigue contando laRepubblica, la mujer, decidió dejar una reseña negativa del local, provocando la indignación de la dueña Cristina Biacchi, quien también en palabras al medio italiano justifica el sobrecargo por el hecho de que "nos llevó tiempo cortarlo en dos. Y el trabajo vale la pena". Biacchi agrega que hubo que usar dos manteles y dos platos, lo que a su vez supuso que se duplicara el tiempo de lavado, además reprocha a la clienta que en lugar de quejarse al recibir la cuenta, lo hiciera por las redes sociales, abriendo un debate sobre si este tipo de gastos está justificado, o se trata de un abuso por parte de los locales.
