Las perseidas llenan las redes de estrellas y deseos: así fue una de las noches más mágicas del verano
Como cada año, las 'Lagrimas de San Lorenzo' han caído a la luz de la luna sobre bosques, mares y montañas de toda la geografía española en un año ideal para su observación
Madrid
Las estrellas fugaces de las Perseidas, bautizadas y conocidas popularmente como las 'Lágrimas de San Lorenzo', surcaron el cielo de toda la geografía española ofreciendo su máximo esplendor durante la pasada madrugada tras concurrir unas muy buenas condiciones para su avistamiento.
Como cada año durante el mes de agosto, la gente pudo disfrutar de observar la que es una de las lluvias de meteoros más popular. Numerosos usuarios compartieron cómo organizaron la noche para poder disfrutar del fenómeno astronómico al exterior o, incluso, desde el interior de casa.
Además de, evidentemente, numerosas instantáneas y vídeos en los que se pueden ver el efecto visual tan deslumbrante que dejan estas estrellas, quedando perfectamente dibujadas en el cielo.
Las Perseidas se dejan disfrutar con la vista gracias a los restos del cometa Swift-Tuttle, que en su trayectoria dando la vuelta al Sol, va dejando un rastro del material, dándose la concurrencia de que la Tierra siempre atraviesa siempre esa zona concreta durante estas fechas. Al penetrar esas partículas de polvo en la atmósfera a gran velocidad se produce un fenómeno luminoso que se recibe el nombre de meteoro, es decir, una estrella fugaz.
Desde personas que durmieron en pleno bosque, al calor de las copas de los árboles y el cielo estrellado, buscando siempre los lugares donde ni la nubosidad ni la contaminación lumínica impidiese disfrutar de la cita estelar para la que ahora habrá que volver un año, hasta los miembros de la Estación Espacial Internacional que pudieron ver in situ y en vivo directo cómo nace la Perseida al tomar contacto con la capa de gas terrestre.
Además, hay quien lo combinó con el mar nocturno o las impresionantes vistas que ofrece la altura de la montaña, al poder verse desde cualquier punto en el que se tenga contacto visual con la constelación de Perseo.
La mirada capturando fugaces y por una vez visibles estrellas, y el cerebro y el corazón lanzando deseos a su paso en la noche más mágica del año. Uno a cada haz de luz en medio de la noche.