Siete personas han perdido la vida, entre ellas dos niños, uno de menos de un mes de edad y otro de 12 años, después de que la fuerza aérea de Rusia haya lanzado una sucesión de bombas este domingo contra varias localidades de la región ucraniana de Jersón. Esta nuevo bombardeo ha matado a cinco personas, de los que cuatro eran miembros de la misma familia, en la ciudad de Shiroka Balka. Una de ellas es la niña fallecida que apenas tenía 23 días de vida. Las dos víctimas mortales restante eran vecinos de la ciudad de Stanislav. El Kremlin ha dejado de financiar al grupo privado de mercenarios Wagner, según revelan desde el Ministerio de Defensa británico, lo que les ha obligado a emprender un necesario proceso de «reconfiguración» y a reducir su tamaño. eEl gobierno bielorruso de Lukashenko es el que ha sustituído a Rusia en la aportación de medios económicos para el grupo, sostienen las mismas fuentes gubernamentales de Reino Unido, después de que los mercenarios se trasladasen a este país vecino a raíz de la fallida rebelión emprendida por su líder, el oligarca Yevgeni Prigozhin. «Existe una posibilidad real de que el Kremlin ya no financie al grupo», han difundido desde la Inteligencia militar británica. Pero, sin embargo, el hecho de que el grupo de guerra privado precise por su magnitud de una financiación significativa y de que sería «potencialmente mal recibido» por los limitados recursos de los de Lukashenko comparado con Moscú, no permite defender este extremo con absoluta certeza. De hecho, solo tras el enfrentamiento entre Prigozhin y el Kremlin el presidente admitió que el grupo Wagner recibió fondos de dinero ruso, alrededor de más de mil millones de dólares en 2022. Ante esto, el objetivo actual del cabecilla «wagneriano» habría pasado a ser «salvar» la viabilidad de una compañía que está sometida en este momento a una importante «presión financiera». Además, desde el motín, las autoridades rusas han adoptado medidas contrarias a las actividades empresariales de Prigozhin, según este último análisis compartido por el Ministerio de Defensa británico. Las autoridades prorrusas de la provincia ucraniana del Donetsk, que mantiene ocupadas ilegalmente varias de sus ciudades por las tropas rusas, han denunciado que un intenso bombardeo supuestamente ucraniano, en el que se incluyeron bombas de racimo, ha arrebatado la vida a un civil y ha dejado con heridas a otras seis, entre las que hay una niña de 12 años de edad. aLa víctima mortal se encontraba en un distinto de la capital provincial, mientras que las otras seis heridas son vecinos de Makiivka, localidad situada al este. Ucrania disparó 127 rondas de municiones en este último suceso, según denuncian, entre las que había de racimo, que Kiev se comprometió a emplear únicamente para atacar concentraciones de unidades militares enemigas. El Ministerio de Defensa de Reino Unido estima que la cúpula militar rusa ha dado orden de reforzar el frente oriental de la guerra en Ucrania a la altura de la región de Zaporiyia, en el sur del país, con la entrada de nuevas unidades de la división aerotransportada a la altura de la disputada ciudad de Orejov, escenario desde hace días de una auténtica «guerra de desgaste». «Cabe la posibilidad realista de que la llegada de los aerotransportados permita finalmente a efectivos de estos regimientos que abandonen el frente para descansar y recuperarse», explica el Ministerio de Defensa. Desde Londres consideran que este redespliegue podría arrojar un duro coste: por un lado, el debilitamiento de las fuerzas rusas cerca de la orilla oriental en el río Dniéper, que llevan semanas repeliendo incursiones anfibias de las fuerzas ucranianas desde la ciudad de Jersón, al otro lado del río.