Afganistán retrocede décadas en apenas dos años

El 15 de agosto de 2021 los talibanes regresaron al poder en Afganistán. La entrada de los fundamentalistas en Kabul volvió a sumir al país en un pozo de pérdida de derechos que, muy poco a poco, se venían recuperando desde el inicio de este siglo. Apenas dos años que han servido para que la ONU y multitud de organizaciones no gubernamentales comprueben y denuncien la pérdida masiva de libertades y derechos en el país, de la que mujeres y niñas han sido las principales víctimas.

Según los datos de Amnistía Internacional, en apenas dos años el porcentaje de población que vive en situación de pobreza en el país ha pasado del 47% al 97%. Esta organización ha confirmado más de 200 ejecuciones extrajudiciales, la imposición de la tortura, los latigazos como método de castigo, y ha denunciado también la limitación casi absoluta de las libertades de reunión, expresión y manifestación.

Lo que estaba mal está peor. Casi el 39% de los niños y niñas se han visto obligados a trabajar

—  Vicente Raimundo, director de Cooperación Internacional de Save the Children

Para Human Rights Watch, en los dos últimos años, los talibanes "han generado un desastre en cuanto a los derechos humanos". Esta organización destaca no sólo el maltrato generalizado a las mujeres, sino también el incremento de ataques contra críticos y periodistas, que se enfrentan a torturas y ejecuciones.

Las mujeres, principales víctimas

El gobierno talibán ha actuado de forma violenta contra todo tipo de oposición, contra quienes han intentado huir del país y contra los homosexuales. Con todo, son las mujeres en su conjunto quienes han vuelto de nuevo a sufrir las mayores restricciones en estos dos últimos años.

Los talibanes han ido expulsándolas del espacio público, de la educación en todas sus etapas y de la atención sanitaria. Afganistán es el único país del mundo donde las niñas no pueden estudiar más allá de la educación primaria. No pueden ir a parques públicos, deben cumplir un determinado código de vestimenta y tienen que estar acompañadas por un hombre para aparecer en público. No pueden trabajar ni tampoco colaborar con las ONG que operan en el país.

Aquellas mujeres que han hecho frente al terror para protestar en público o en redes sociales se han visto sometidas a palizas, arrestos y todo tipo de represión violenta.

Un grupo de expertos de la ONU firman hoy un documento en el que rechazan la idea de que haya habido algún tipo de reforma o apertura en esta nueva época de los talibanes en el poder, avisan de que las promesas de una mayor inclusividad no se han cumplido, y recuerdan que además de a las mujeres "están golpeando a minorías étnicas y religiosas, personas con discapacidad, desplazados, personas LGTBQ+, defensores de los derechos humanos, periodistas, artistas, profesores y antiguos miembros del gobierno".

Naciones Unidas recuerda que la persecución por razón de género es un crimen contra la humanidad y lo califican directamente de un "apartheid de género".

Daños psicológicos

“El deterioro de la salud mental es una de las principales preocupaciones de todas las mujeres con las que hemos hablado y cerca del 50% de ellas conoce al menos a una mujer o niña que padece ansiedad o depresión desde agosto de 2021, y el 7,8% conoce a una mujer o niña que ha intentado suicidarse”, detalla la presidenta del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Discriminación contra Mujeres y Niñas, Dorothy Estrada-Tanck.

28 millones de personas, dos tercios de la población total, necesitan ayuda urgente en este momento, y la ONU calcula que 4 millones sufren ya los efectos de la desnutrición, la mayoría de ellas niños menores de 5 años. "Dos tercios de la población reconocen en este mes de agosto que pasa más hambre que hace un año", explica Vicente Raimundo, director de Cooperación Internacional de Save the Children.

De hecho, según los datos de UNICEF, hasta 875.000 niños y niñas van a necesitar tratamiento urgente contra la desnutrición en este mismo 2023.