Los incendios de Hawái son lo más parecido al 11S que se ha vivido en EEUU desde entonces. Así describía esta madrugada en la CNN el gobernador de las islas el panorama de desolación que ha dejado el fuego. Hay 101 muertos y cerca de mil desaparecidos. Los ciudadanos se preguntan por el sistema de alerta en Maui y por qué no sonaron las alarmas para avisar a la población. En las últimas horas se han empezado a despejar algunas dudas. Hawái cuenta con una de las mayores redes del mundo de alertas sonoras ante emergencias naturales, un sistema de altavoces que se pone a prueba una vez al mes en todo el archipìelago, pero que no se activó en la isla de Maui ante el rápido avance de las llamas. El gobernador Josh Green ha explicado en la CNN que ha ordenado una investigación, pero que estas sirenas habitualmente se activan en caso de un tsunami o de un huracán y que si hubieran sonado, quizás el desastre podría haber sido aún peor al empujar a la población monte arriba en lugar de hacia el océano donde acabaron muchas familias. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado este martes que planea visitar la isla hawaiana de Maui, arrasada por unos incendios que han dejado por el momento 101 muertos, cifra que podría duplicarse, según las autoridades del archipiélago. «Mi esposa Jill Biden y yo vamos a viajar a Hawái lo antes posible (...). No quiero interponerme: he estado en demasiadas áreas de desastre, pero quiero ir y asegurarme de que tengamos todo lo que necesitan. Quiero asegurarme de que no interrumpimos los esfuerzos de recuperación en curso», ha explicado el presidente en unas declaraciones recogidas por la cadena CNN. Biden no se pronunciaba al respecto desde el pasado jueves, lo que ha suscitado algunas críticas sobre su gestión, especialmente por parte de miembros del Partido Republicano, por lo que los asistentes del mandatario han afirmado que ha intercambiado llamadas frecuentemente con la Agencia Federal de Gestión de Emergenias (FEMA), con la delegación del Congreso de Hawái y con su gobernador, Josh Green, quien ha elogiado públicamente la gestión del presidente. El propio Biden ha sacado pecho de que declaró el estado de desastre en la isla inmediatamente tras la petición del gobernador como forma de decirle que se le enviaría todo lo necesario. «Nuestras oraciones y nuestros pensamientos están con la gente de Hawái, pero no solo nuestras oraciones, sino cada recurso, cada activo que necesiten estará allí para ellos. Y estaremos allí en Maui todo el tiempo que sea necesario», ha declarado Biden. Además, ha lamentado la pérdida de vidas y que «generaciones de historia nativa de Hawái se hayan convertido en ruinas», y que seguirán trabajando con las autoridades estatales para ayudar a aquellos que han perdido sus hogares. «No saben cuántos cuerpos hay allí. No saben lo que les queda. Imagínese ser mamá o papá. Imagínese ser esposo o esposa, madre, padre», ha añadido Biden. La agencia de calificación crediticia Moodys Analytics ha cifrado los daños causados por las llamas entre 3.000 millones y 7.500 millones de dólares (entre 2.750 millones y 6.800 millones de euros). De forma paralela a los trabajos de extinción y rastreo, avanzan también las peticiones de rendición de cuentas, con algunas voces que llaman a esclarecer por qué no funcionó a tiempo el sistema de alerta o si el cableado eléctrico tuvo algo que ver en el inicio de los incendios, avivados por los vientos huracanados. Esta tragedia está considerada ya el desastre natural más mortífero de la historia reciente de Hawái y la ola de incendios que más vidas se ha cobrado en Estados Unidos en más de un siglo: en 1918, 453 personas murieron en una serie de fuegos en Minesota y Wisconsin.