Amores de verano: Historias que tienen un principio, un final y un éxito
Desde Quevedo a Luis Miguel, o Grease y Mamma Mía. El fenómeno del amor en esta época del año es fuente de inspiración para la creación de grandes éxitos
Cancaneo Cultural | Aprender "swifternatura" y disfrutar de los amores de verano
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Madrid
Cuando llega el calor los chicos se enamoran... y las chicas también. O al menos eso era lo que decían Sonia y Selena en uno de los hits más sonados que entran dentro de la lista de canciones del verano. Y es que en esta época del año nos relajamos, disfrutamos más del tiempo libre y estamos más abiertos a conocer nuevas personas que pueden llegar incluso hasta nuestro corazón.
El verano siempre ha sido una época prolífera de inspiración para las mejores historias de amor que nos ha brindado el cine en películas como Grease, Dirty Dancing o Mamma Mía, donde el amor puede llegar mientras uno contempla un atardecer en la playa, en hoteles todo incluido con animación o pasando el día en un velero afincado en una isla griega.
El escritor Juanpe Sánchez es la persona idónea para hablarnos de estas aventuras que se viven de manera tan intensa como si pareciese un sueño. El autor de "superemocional" describe a la perfección las mariposas en el estómago que se sienten al conocer a esa persona que marcó o marcará alguno de nuestros verano de por vida. Juanpe explica que "el amor hay que defenderlo igual que esta idea del amor de verano. Un amor sin prisas, sin presiones y fuera de las expectativas, como una idea que nos une a los demás".
No solo el cine se ha inspirado en el chute de oxitocina que produce el furor amoroso del verano. En la música, y más en las canciones que suenan en esta época estival, el "amor de verano" es uno de los temas estrellas por excelencia. Sin ir más lejos, "Columbia" el éxito de este verano, del artista canario Quevedo, hace referencia a este asunto: "Bebé, los dos sabemo' que e' verano y que tal vez, cuando termine agosto, no nos volvemo' a ver". O clásicos como "La chica del bikini azul" de Luis Miguel; "Solo y triste, y bajo el sol en la playa busco amor, debe haber un lugar para mí. Gentes vienen, gentes van, olas, agua, luz y sal, y en mi piel. El calor sube más. De pronto, ¡flash!, la chica del bikini azul. De pronto, ¡flash!, cambió el color del mar".
Debido al contexto en le que conocemos a esa persona especial los amores de verano destacan por su intensidad, pareciendo casi irreales. Una de las razones principales es que se sabe que todas estas aventuras tienen un principio, pero también un final. Por lo que, se juega con un tiempo límite y el duelo por la ruptura de la relación puede ser peor, incluso, que una que haya durado años. Juanpe opina que "los amores de verano viven en una burbuja que luego explota cuando hay que volver a la realidad. La imagen tópica de las historias de verano son como pequeñas cápsulas que hacen parecer que no existe nada que restringa el amor. En el amor de verano podemos ficcionalizar nuestra vida y ser otra persona por uno o dos meses".
En conclusión, el "amor de verano" es un avorágine de sentimientos que puede llegar tanto a los quince años como a los cincuenta, pero cuando llega, es un tsunami que lo arrasa todo y que se quedará en nuestra memoria como uno de los recuerdos más dulces.