"Las cosas no salieron tan bien como esperábamos, la situación desbordó todas las previsiones": 15 años del accidente de Spanair que cambió la seguridad aérea española

Madrid

Pasaban las dos y media de la tarde. El equipo de emergencias en helicópteros del SUMMA 112 espera en su base de Las Rozas (Madrid) hasta que un aviso les hace ponerse en marcha. "Una avioneta", recuerda Nicolás Riera. "Nos dijeron que habían visto una avioneta caerse cerca de la radial dos, pero en cuanto subimos a la zona en la que estaba el helicóptero, uno de los compañeros se dio cuenta de que eso no era una avioneta", explica Riera. Él fue el primer sanitario que llegó al lugar del accidente.

Esa tarde del 20 de agosto de 2008, el vuelo 5022 de Spanair salía del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas con destino Gran Canaria. Pero, un problema en el despegue provocó que el avión cayera de unos 12 metros de altura y se estrellara en la propia pista. De las 172 personas que iban a bordo entre pasajeros y tripulantes, tan solo 18 consiguieron sobrevivir, las otras 154 murieron.

"Fue una situación que nos desbordó desde el comienzo", explica el médico del SUMMA 112 que recalca que todo el mundo se puso a trabajar "tratando de dar lo mejor de sí mismo". Compañeros del aeropuerto y de los servicios de emergencias mano a mano "que intentaron hacer todo lo posible para dar una respuesta adecuada", pero las cosas, reconoce, "no salieron tan bien" como esperaban.

Riera reconoce que ahora están "mejor preparados", aunque hay que seguir entrenando este tipo de situaciones que desbordan las capacidades del sistema sanitario: "en cuanto a comunicaciones y cosas más concretas, eso se ha revisado y se ha mejorado, pero hay que seguir trabajando para mantenerlo siempre engrasado". 15 años después de aquel día, Nicolás Riera todavía no ha encontrado la receta para contar como se cura uno de vivir una experiencia así, aunque sin saberlo muy bien, "el tiempo" parece su principal aliado.