Los controladores, sobre el accidente de Spanair que cumple 15 años: "En la investigación se echa en falta una visión mucho más profesional"

Madrid

El 20 de agosto de 2008 despegaba desde el Aeropuerto Madrid-Barajas el vuelo JK5022, de la compañía Spanair, dirección Gran Canaria. Segundos después, el avión se estrellaba, provocando la muerte de 154 personas y dejando 18 supervivientes. La sobrina de Pilar Vera fue una de las víctimas de este vuelo: "Me enteré que mi sobrina había fallecido por una nota que colgaron en la madrugada del día 21 de agosto en una de las columnas de IFEMA". Desde ese momento, Vera no ha dejado de luchar por la memoria de las víctimas y la seguridad en el transporte aéreo. Ahora, es la presidenta de la Asociación de Afectados del vuelo JK5022.

"Spanair llevaba un año dando síntomas incontestables de la inseguridad en la que estaba volando y, sin embargo, no se hizo nada por evitar la tragedia", asegura Vera. La aerolínea Spanair quebró en 2012, tres años después del accidente, y la causa judicial se cerró hace diez años, pero la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 mantiene su lucha 15 años después: "Esta tragedia tiene una historia brutal detrás y la verdad de lo que ocurrió no ha sido posible probarla en sede judicial".

El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó el dictamen de la comisión que investigó el accidente responsabilizó del "fallo sistémico" a diferentes cargos del Gobierno asociados al Ministerio de Fomento en 2008. Según el documento, se produjeron una "correlación de factores causantes que concluyen en el trágico accidente". En concreto, señala que la compañía Spanair ya sufría por entonces las "serias dificultades económicas", por lo que los técnicos de mantenimiento y los pilotos actuaron "presionados" por el compromiso de puntualidad, así como por el ERE presentado días antes por la compañía.

Además, recoge que la aerolínea habría recibido "sin mediar inspección" la prórroga del Certificado de Aeronavegabilidad para el avión siniestrado por parte de la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC). Un hecho que para Daniel Zamit, portavoz de la Unión Sindical de Controladores, es especialmente importante: "El certificado de aeronavegabilidad de ese avión se acababa en julio del año que se produjo el accidente y un mes después, cuando se produce el accidente, ni siquiera lo habían revisado. Es decir, le han dado una prórroga de que puede seguir volando sin tener ninguna revisión".

Cambios en la seguridad aérea

Tras el accidente, se incrementaron las políticas de seguridad en las compañías aéreas, tanto en su personal como en el interior de sus aviones. Aunque, Zamit asegura que todavía falta mucho por hacer y que España necesita un organismo independiente de investigación para estos accidentes. "En estos momentos hay una plataforma para que se cree este organismo de investigación independiente y que tenga responsables del sector para este tipo de accidentes. En la investigación de Spanair se echa en falta una visión mucho más profesional. No solo desde el punto de vista de los pilotos, sino que también desde el punto de vista de los técnicos de mantenimiento o desde el punto de vista de control".

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Como cada año, este 20 de agosto la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 celebrará actos y ofrendas florales en Madrid y Gran Canaria en recuerdo de las víctimas del accidente, una de las tragedias aéreas más graves ocurridas en España. Hasta la fecha, el peor accidente de la aviación en el país se produjo en el año 1977, cuando dos aviones comerciales chocaron en Los Rodeos (Tenerife Norte), lo que provocó el fallecimiento de 583 personas.