Salvar al soldado Rubiales

Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, forzó a la futbolista Jennifer Hermoso para darle un beso sin su consentimiento. Es una agresión sexual tipificada como delito. Las reacciones le cayeron como pedradas y con razón. Rubiales había usado su posición de superioridad jerárquica para agredir a una mujer. Después dijo que quienes le criticaban eran “tontos del culo” y “gilipollas”. Un caso de libro de agresión machista, con las cámaras de medio planeta delante. Poco antes había celebrado la victoria en el Mundial femenino de fútbol agarrándose los testículos en el palco en presencia de la reina Letizia y la infanta Sofía. Rubiales debe irse, clamó la clase política y gran parte de los medios de comunicación. Él grabó un video, que alguien pensó que era buena idea, con la típica “si alguien se ha sentido ofendido”, que más que una disculpa es una justificación. Rubiales debe dimitir o deben dimitirlo quienes tengan las palancas necesarias para hacerlo. Pero Rubiales no está solo. Una parte de eso que en España se llama periodismo deportivo pero que en realidad no cuenta el deporte sino los escándalos del fútbol, salió en defensa Rubiales. Personajes de la influencia y el impacto de Manolo Lama, antiguo empleado de esta Cadena Ser y que ahora habla desde los micrófonos de la Cope, dijo que Rubiales había tenido un gesto desafortunado, que era un acto fruto de la euforia y sin maldad, pero que España se ha convertido en un país de inquisidores y si piensas diferente te lapidan. Nadie le cierra el micrófono a Manolo Lama ni le lapida por pensar que agredir sexualmente a una mujer está bien si estás eufórico. Es libre de pensarlo pero la crítica es libre de decir que su machismo da mucho asco. En muchos medios, desde la Tele5 de Mediaset al diario AS de este Grupo Prisa, se comparó con el beso que Iker Casillas dio tras la final del Mundial de 2010 a la periodista Sara Carbonero, pero eran novios. Rubiales no tiene ninguna relación con Jenni Hermoso. En ABC dijeron que era un “efusivo beso”. Juanma Castaño, también en la Cope, bromeó con Rubiales y cerró una entrevista mandándole “un beso en la boca”. Manolo Lama llegó a decir el domingo que las mujeres que se enfadaron por la agresión de Rubiales a Hermoso lo hicieron “porque nunca les han dado un beso a ellas”. Buena parte del periodismo deportivo español, y ustedes me perdonen cerrar esta noche con una guarrada, es una pocilga.