¡A las armas!

La psicología dice que en el duelo hay cinco fases: la negación (¡Michavila decía que íbamos a arrasar!), la ira (¿Cómo pueden votar al perro Sánchez?), la negociación (gobernemos juntos, estadista Don Pedro), la depresión (cambia esa cara, Alberto, que salimos en la tele) y la aceptación, a la que no han llegado. El Partido Popular, que creía que para la próxima semana habría sentado en la Moncloa a Feijóo, se lame ya las heridas y aunque todavía algunos ven espejismos peneuvistas, el argumentario oficial intenta salir del duelo.

Esta columna tiene un cariño especial a Don Jorge Bustos, del diario El Mundo. Leer a Bustos es ir un pasito por delante para conocer lo que dirán días después los dirigentes del Partido Popular. Bustos a veces derrapa, como cuando dijo que la negativa de VOX a votar a la popular Cuca Gamarra como presidenta del Congreso era una estratagema, para después ser desmentido, el pobre, desde el propio Partido Popular, desde VOX y desde buena parte de la fachosfera, pero leyéndole uno sabe no lo que harán los populares, pero sí lo que pretenden hacer.

Su columna de este lunes es ejemplar en ese sentido. Dice Bustos que liberales y conservadores no encuentran consuelo y que tienen un luto paralizante y narcisista. Pero aquí está él para animar a las tropas de Feijóo. “Basta ya de lamerse la llaga, damas y caballeros del centroderecha, no les educaron para eso”, les dice. “Levanten la cabeza, empuñen la honda y sonrían a la fealdad del gigante con pies de barro”. Se refiere a Sánchez. Bustos quiere que las tropas conservadoras se crean que la derecha política y mediática española es David frente a Goliat. Casi les dice que es una alegría seguir en la oposición porque “su caída será más dura”. Olvida aquellas palabras del italiano Giulio Andreotti, que decía que “el poder desgasta, sobre todo a quien no lo tiene”.

Postdata: Bustos recomienda a los populares hacer oposición en cada rincón, también “en los pasillos de Bruselas”. Es una oposición legítima, pero servidor, que les ha visto hacerlo en los últimos años, les recomienda que lo hagan de otra forma. El ridículo en Bruselas, pero esto es algo que Bustos no debe saber, se paga con el ninguneo y la indiferencia.