La princesa Leonor sale de tapas con sus compañeros de la Academia Militar y hay un detalle que no pasa desapercibido
La heredera se fue de bares el pasado sábado, en una estampa que recuerda a las que ya dejaron su padre y su abuelo
La princesa Leonor ingresó el pasado jueves en en la Academia General Militar de Zaragoza, donde recibirá formación militar durante los próximos tres años. Además de instruirse, la heredera al trono de España está teniendo tiempo para entablar relaciones con sus compañeros. De hecho, el pasado sábado salió con un grupo de ellos por la zona universitaria de la ciudad.
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Tal y como recoge 'El Heraldo de Aragón', la princesa y sus compañeros entraron hacia las 20:00 en el bar El Tuno, próximo al campus San Francisco de la Universidad de Zaragoza. Este local es uno de los más frecuentados por los jóvenes militares y universitarios de la capital aragonesa.
Pizzas, bocadillos y huevos rotos
Lo primero que ha llamado la atención de muchos es el menú del que disfrutó Leonor. El propio dueño del bar, Isidro Francés, que también fue militar cuenta al mencionado diario que los jóvenes pidieron pizzas, bocadillos, hamburguesas y huevos rotos, con agua y refrescos para beber. La cuenta fue de unos 170 euros.
En palabras de Francés, Leonor fue muy agradable y educada durante la hora que los jóvenes pasaron en el bar. Asimismo, el propietario del local ha relatado que algunos clientes, sorprendidos por la visita, pidieron fotos a la princesa.
Una imagen que trasciende generaciones
Pero hay un detalle tal vez más curioso. La primera escapada de Leonor por el Tubo de Zaragoza recuerda a las escenas que ya dejaron su padre —cuando estudiaba en la misma Academia Militar entre 1985 y 1986— y su abuelo —que pasó por allí entre 1955 y 1957—. Ambos aprovecharon sus tardes de permiso y recorrieron las calles más populares entre los jóvenes como el resto de reclutas.
Juan Carlos I, de quien se cuenta que acudía a numerosos bares de la ciudad sin escolta, pasó por lugares como La Espiga, La Nicanora o Casa Félix. Por su parte, Felipe VI, que sí que salía con guardaespaldas, llamaba la atención por su altura. Las crónicas de la época cuentan que al rey actual se le pudo ver por locales como el Mami Blue o La taberna del tío Jorge.
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