Nadie sabe a ciencia cierta quién está detrás —si es que finalmente hay alguien— de la muerte del jefe del grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, después de que cayera su avión privado mientras volaba de Moscú a San Petersburgo, pero EEUU considera lo más probable que el presidente ruso, Vladimir Putin, está detrás. Desde Washington continuan investigando el accidente, tratando de determinar cómo fue derribada la aeronave en la que viajaban diez personas que acabaron muertas. Se han localizado ya las cajas negras del avión y los juzgados rusos han anunciado que procederán a hacer los exámenes moleculares pertinentes para identificar a los ocupantes. Entre tanto, Putin firmó el viernes un decreto por el que los mercenarios de Wagner y otros grupos paramilitares privados tendrán que suscribir obligatoriamente un compromiso formal de lealtad a Rusia y, por tanto, a su figura. Pese a ello, según señala The Guardian, los expertos no tienen una opinión unánime sobre cuál será el verdadero destino de la compañía privada de combatientes tras desaparecer repentinamente su fundador. Algunos predicen que mantendrán su presencia en los países de África, como Malí o República Centroafricana, en los que han luchado contra Al Qaeda, el Estado Islámico, distintos grupos rebeldes o, simplemente, se han dedicado a garantizar el orden en transiciones políticas o referéndums constitucionales. Pero otros creen que perderán el liderazgo en este continente al estar construido en base a unas profundas relaciones personales de Prigozhin que será muy complicado reemplazar. El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, ha asegurado que «no puedo imaginarse» que su principal aliado, Vladimir Putin, tenga responsabilidad alguna en la muerte del número uno de Wagner, argumentando que las formas son «poco profesionales» y, en todo caso, el mandatario ruso es un ser «prudente», tal y como recoge Europa Press. ha señalado, además, que antes de que muriese trató con Prigozhin el archivo de las causas penales derivadas del intento de rebelión contra mandos militares rusos que propició su retirada a territorio bielorruso, donde la protección de la que disfrutó él y lo continúan haciendo sus soldados es «total». Wagner podrá seguir en el país que gobierna «por mucho que a alguien no le guste». Al menos dos personas han muerto por un ataque ruso que ha afectado a una cafetería de la región ucraniana de Járkov, según un primer balance de las autoridades locales. El gobernador regional, Oleg Sinegubov, ha confirmado este sábado en su cuenta de Telegram que una tercera persona ha resultado herida por este ataque, que ha tenido lugar en la localidad de Podola, situada en el distrito de Kupiansk. La región se ha convertido en objetivo recurrente de los ataques rusos en los últimos días y los servicios de Inteligencia británicos anticipan que la ofensiva se recrudecerá en los próximos meses en el eje que separa Kupiansk de la localidad de Limán, en Donetsk. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski ha pedido en su discurso de este viernes por la noche que se «acelere el momento en que los F-16 nos ayuden a mantener alejados a los terroristas rusos». Zelenski considera que las «tareas» a realizar para que esto ocurra en el menor tiempo posible son «obvias». Así, en primer lugar, ha demandado al equipo internacional que «maximice la expansión de las misiones de entrenamiento» de los pilotos ucranianos que se pondrán al frente de los aviones de combate F-16. El jueves, el portavoz del Pentágono, el general Patrick Ryder, confirmaba que la formación de pilotos ucranianos en el manejo de F-16 —condición indispensable para la entrega de estos aparatos a las Fuerzas Armadas de Ucrania— comenzaría en octubre en el estado de Arizona, aunque no especificó el número de pilotos que participarán en la formación.