#SeAcabó: Todas las mujeres hemos sufrido a un Rubiales
En tiempos en los que el feminismo ha conseguido derribar muros y traspasar fronteras, es triste chocar con la realidad y ver que todavía quedan muchos pasos por dar
Los testimonios que ponen frente al espejo a una sociedad
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Madrid
Las recientes declaraciones del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, han demostrado que existe un sector de la población que no entiende cuál debe ser el camino a seguir. La situación de abuso y acoso sufrida por la jugadora Jenni Hermoso es sólo la punta del iceberg de todas las violencias que han sufrido las mujeres a lo largo de la historia; en casa, en el bar, en el trabajo, en la discoteca, en la calle. El lugar no importa cuando ataca el machismo. Porque todas hemos sido Jenni Hermoso; porque todas las mujeres hemos sufrido a un Rubiales.
Empezamos con testimonios de mujeres, algunas las conocen a otras no, porque todas hemos vivido este tipo de situaciones violentas. Hemos callado porque si denunciabas o te rebotabas te exponías a las burlas, al “te lo has buscado”, no aguantas ni una broma, un piquito o un roce, un masaje en los hombros mientras dirige una reunión... Te lo tomas todo mal porque eres una amargada, una histérica, una antipática. Fue fruto de la euforia, del cariño que te tengo... Ayer todo eso se nos vino encima a muchas mujeres, de todas las generaciones. A algunas nos dejó en shock la actitud, el tono y el discurso del todavía presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Porque mientras le escuchábamos se nos pasaban como diapositivas esos comportamientos, esas imágenes que nos incomodaron o indignaron en su día, pero que no denunciamos. No hay ningún falso feminismo, no hay más que saberse comportar, saber estar. Tener claro que la igualdad de derechos no es una cuestión ideológica sino de justicia. No creo que a nadie, sea hombre o mujer, le guste que le inmovilicen la cara y le den un pico. O que la carguen a hombros, como un saco de patatas en medio del campo. O una palmada en el culo diciéndote que estás muy buena. O te “soben” porque son muy cariñosos y tú eres adorable. Igual están ustedes cansados del tema. Pero nosotras, no podemos quedarnos indiferentes cuando alguien no tan solo defiende estos comportamientos y abuso de poder, sino que saca pecho y acusa a la víctima de propiciarlo. El manual del machismo, por desgracia, lo tenemos instalado todas, casi grabado en nuestro ADN, el tema es que ahora tenemos instalado un anti-virus que antes no existía. Ojalá que el “Se acabó” sea más que un hashtag de unos días.