Un ganador de Gran Hermano reaparece 21 años después: así ha cambiado su vida
El exconcursante Pedro Oliva reaparace en televisión más de dos décadas después de ganar el 'reallity'
Pedro Oliva, concursante de GH. TELECINCO
Que 20 años no es nada es solo es la frase de un tango porque ciertamente pueden pasar muchas cosas. Poco más de este es el tiempo que ha transcurrido desde que Pedro Oliva pasó y ganó el concurso de GH en su edición cuarta. Unos años en los que puede cambiar la vida. El exconcursante ha acudido al plató de 'La vida sin filtros', el programa de Cristina Tárrega, de Telecinco.
Ha explicado cómo conoció a la que ha sido el amor de su vida: “Yo me enamoré, conocí a la que ha sido mi mujer durante quince años, a día de hoy, es la mujer más importante de mi vida”, cuenta Pedro. Eso sí, ha explicado que ya no son pareja, aunque continúa compartiendo casa: "Son compartimentos estancos, yo tengo mi habitación y ella tiene la suya”.
Evidentemente, hay aspectos de la vida que comparten que no cambian: "Tenemos una hija preciosa y siempre vamos a ser sus padres".
Pedro ya era funcionario cuando aterrizó en el programa, pero por un asunto de tradición familiar cuidaba en sus ratos libres a ovejas y cabras. Confiesa que hace alrededor de siete años ya lo ha dejado y ahora viven en una casa rural. Al concursante de GH se le pudo ver con una muleta, aunque en ningún momento explicó el origen de la dolencia.
Junto a Pedro Oliva también se pudo ver otra concursante del mítico programa de telerrealidad, Bea Retamal, que participó en la edición número 17 de GH. Ha explicado que gracias al dinero que ganó pudo traer a su madre de vuelta a España: "Gracias a Dios, ahora la tengo cerca. Llegó la crisis, ella compró una casa, se desmontó todo y se tuvo que ir”. Un tiempo durante el que se crio con su abuela materna.
Cuenta Bea que ha madurando bastante aunque "sigo siendo un poco loquita". Y lo explica: "Ahora pienso tres segundos en vez de uno y medio”. La ganadora de GH tiene una barbería. “Tengo a personas que trabajan, a mí me gusta mandar”, remata con una sonrisa.
