Los expertos trabajan en el proyecto GARES, el primer mapa de las garrapatas de España

“No se conoce exactamente el número de garrapatas que ha habido años anteriores, pero sí parece que están aumentando, por eso hemos puesto en marcha el proyecto GARES”. El que habla es Félix Valcarcel es investigador en Parasitología y control de garrapatas del Instituto Nacional de Investigación y Tecnologías Agrarias y Alimentarias (INIA-CSIC) y uno de los responsables del proyecto. “Lo que pretendemos es hacer un mapa de todas las garrapatas que hay en la Península Ibérica. El objetivo fundamental es saber su extensión, su localización en todas las provincias y, posteriormente, mirar qué patógenos son los que mas frecuentemente portan y que pueden transmitir. Esperamos que a finales de año, o principios del que viene, podamos tener resultados preliminares”.

Las garrapatas pueden transmitir hasta 50 enfermedades a los hombres, “pero las más graves son: la enfermedad de Lyme y la fiebre de Crimea Congo, que puede ser mortal ,y que está aumentando en los últimos años, dicho esto sin alarmismo”, matiza. Su picadura también puede provocar una alergia potencialmente grave a la ingesta de carne roja. Se llama síndrome alfa-gal (AGS). El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos ha informado de que, entre 2010 y 2022, se identificaron más de 110.000 casos. Fuera de Estados Unidos, se han reportado casos en España, Francia, Italia, Suecia, Japón y Australia.

Las garrapatas pueden ser fáciles de identificar cuando están alimentadas, porque son más gordas y pueden tener el tamaño de una lenteja, pero antes es muy difícil porque son como la cabeza de un alfiler y pueden ser confundidas con un lunar o una peca. “Por eso, insiste Valcarcel, es imprescindible que cuando uno va a una zona de riesgo tenga en cuenta las medidas de protección: calcetines altos, por encima de los pantalones, ropa clara, manga larga... Y que cuando llegue a casa se inspecciones bien todo el cuerpo".

Las garrapatas dependen de los hospedadores de los que se alimentan, “si dejamos que los conejos, ciervos, jabalíes y otros animales, que son los hospedadores habituales, lleguen a las ciudades, es posible que con ellos vengan las garrapatas. Estos parásitos, cuando están alimentados, se desprenden del hospedador, independientemente del sitio, y pueden quedar en la hierba de un parque o de una urbanización... incluso en una playa. Por eso es un riesgo el acercamiento excesivo de este tipo de animales a las ciudades”.