Yolanda y Puigdemont
Que el Partido Popular considere blasfema esa reunión importa tanto como pesan y duran sus argumentos
Yolanda y Puigdemont
Barcelona
Es una reunión chocante, incluso muy chocante. Un encuentro, el de Yolanda Díaz con Carles Puigdemont en la sede del Parlamento Europeo, que incomoda a muchos. Y no solo a los más carcas. Porque Puigdemont es un prófugo de la Justicia española. Un hombre que la desobedece, negándose a acudir a ser juzgado, como cumplieron sus colegas del infausto otoño de 2017. Y Yolanda Díaz, aunque ha estado en Bruselas con el 'expresident' prófugo como dirigente de un partido, Sumar, es también una vicepresidenta del Gobierno. Podría interpretarse, pues, que el poder ejecutivo desafía o pasa por alto al poder judicial.
Pero no todo es tan sencillo, ni unívoco, ni lineal. Porque Puigdemont es un fugitivo sí, y un partidario de la secesión unilateral, sí. Pero también otras cosas. También es un eurodiputado europeo. Y el líder de hecho de un partido, Junts, que ha conseguido casi 400.000 votos. Un tercio de los que llegó a contar Convergència i Unió, pero aun así, muchos. Así que el conjunto de problemas que plantea su figura no se resuelven solo con la aplicación de la ley, sino que necesitan política. Y política fina.
Que el Partido Popular considere blasfema esa reunión importa tanto como pesan y duran sus argumentos. El 23 de agosto, su vicelíder González Pons decía que Junts es un partido “cuya tradición y legalidad no están en duda”. Y Feijóo quiere hablar con él. ¿Con quién, sino con Puigdemont, que es el jefe? ¿Acaso con el secretario general Jordi Turull, condenado por sedicioso, indultado y todavía inhabilitado para ocupar un cargo público? ¿O con la presidenta aparente, Laura Borràs, condenada como delincuente común?
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...