Las emociones no lo dicen todo
Las emociones dicen mucho de nosotros, pero no lo dicen todo, ni elegimos cuándo tenerlas, ni tampoco, a veces sí, podemos elegir dónde exhibirlas
La contra | Las emociones no lo dicen todo
Madrid
Cada uno gestiona sus tragedias como puede o como le dejan sus emociones. A ver, Rodolfo Sancho, que a pesar del titular que hay, que efectivamente es un gran titular, y ha circulado en todos los medios, lo primero que hace en cuanto se acercan los micrófonos, es dar el pésame a la familia del cirujano asesinado. Está viviendo una tragedia porque ser padre de un asesino confeso lo es. Creo que lo que ocurre es que Sancho, que es famoso desde hace muchos años y está muy acostumbrado a las cámaras, sabe cómo se han educado esas cámaras; y esas cámaras y los jefes de esas cámaras que están en sus despachos, imagino yo que quieren algo que Sancho se ha apresurado a negarles, que es la representación física de su dolor. Diré más: la representación mercantil de su dolor. No se está más triste por llorar. Ya lo sabemos. No se está más alegre por reír. No eres menos víctima por irte de fiesta al día siguiente. Tampoco eres menos culpable por deprimirte.
Las emociones dicen mucho de nosotros, pero no lo dicen todo, ni elegimos cuándo tenerlas, ni tampoco, a veces sí, podemos elegir dónde exhibirlas. Y el culebrón sensacionalista en que se ha convertido un asesinato infame supongo que le convendrían imágenes en pantalla de padres fuera de sí, rotos y arrasados por el dolor, porque las emociones describen mucho. Describen a veces exóticamente. Y sí, desde luego venden bastante, pero lo que ha hecho el dueño de esas emociones es avisar y decidir dónde expresarla, porque además la propia palabra, emociones, sabemos que son sentimientos privados, sentimientos íntimos y que a veces se pueden elegir guardarlas.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio...