"Desde el año 2017 hasta ahora, se ha aumentado el número de agresiones sexuales en más de un 100%"

Madrid

Varias fiscalías territoriales de menores han expresado su profunda preocupación por el incremento de conductas cada vez más violentas entre niños y adolescentes, según la memoria anual que ha presentado hoy el fiscal general Álvaro García Ortiz en el inicio del año judicial. El texto señala un "auge" de la violencia intrafamiliar, lesiones, conductas contra la libertad sexual y abuso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) Especialmente significativo es el aumento de las agresiones sexuales perpetradas por menores, con hasta 974 causas abiertas, casi un 50% más que el año anterior.

Además, la Fiscalía pide controlar la venta de armas blancas por apreciar una "explosión delictiva". En la apertura solemne de los tribunales, el fiscal general ha cargado contra los discursos que niegan la violencia machista. "Los datos son incontestables. Desde 2009 a 2022 se han presentado dos millones de denuncias. El discurso negacionista influye directamente en la protección de las mujeres", ha dicho.

En este contexto, Aimar Bretos ha entrevistado a Eduardo Esteban, encargado de la Fiscalía de Menores a nivel nacional.

¿Tenemos un problema?

La delincuencia juvenil siempre es un problema, además es doble. Es un fracaso del Estado. Cuando lo hace un menor estamos fracasando también en la educación de los menores. ¿Se ha agudizado el problema? Parece que sí. Todos los delitos relacionados con la violencia han aumentado y eso quiere decir algo.

¿Qué tipo de delitos cometen?

El más grave de todos, los homicidios. Llevamos ya varios años, desde 2017, donde estos delitos han ido aumentando, no de una manera preocupante estadísticamente, pero con un goteo constante. Este año, de 88 homicidios cometidos por menores, se ha pasado a 101. No quiere decir que hayan muerto 101 personas, porque ahí también figuran los homicidios intentados. La razón del aumento es clara, porque han sido siempre en ciudades grandes como Madrid o Barcelona. De los homicidios registrados, un número muy importante tiene que ver con las bandas juveniles. La violencia que atenta contra la vida tiene bastante que ver con la presencia y aumento de las bandas juveniles. Pero ya no se está limitando a las ciudades grandes y sus periferias, ahora hay ciudades como Segovia o Guadalajara con bandas juveniles que cometen delitos.

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¿Es únicamente violencia entre bandas?

También cometen hechos delictivos contra la propiedad. Participan en robos, robos bastante violentos... no se limitan a esa especie de ajuste de cuentas.

¿Se hacen retratos robot de menores?

No es fácil, esos son datos que maneja la Policía. No hacemos estadísticas. Nosotros lo que hacemos es registros, registramos delitos, pero no vamos al detalle de datos de las personas. En este ámbito de la violencia, que también se produce en la violencia sexual, que es una banalización, una trivialización de la violencia. Algún hecho que se repite en algunas ciudades, como Toledo, que es citarse a través de las redes para pegarse y grabarse. La violencia o la integridad física no tiene ninguna importancia, la desprecian, y eso es un problema igual con el sexo. No soy partidario del sexo tabú, hay que tener libertad pero es verdad que cuando el sexo se hace o se vive al margen de la afectividad, es banal, trivial.

Aumento de la violencia sexual en menores

Ha habido un notable aumento, creo que tiene una pequeña explicación técnica, ha habido un salto muy exagerado: de 688 casos se ha pasado a 974 de agresiones sexuales, que son los hechos sexuales más graves. Tiene que ver con dos cosas. Que desde 2015 para acá viene aumentando progresivamente ese tipo de delitos, pero este año la ley orgánica de la libertad sexual, que modificó el código penal y unificó el concepto agresión sexual, incluyendo los abusos, entró en vigor en octubre, por lo tanto, dos o tres meses en el año en lo que antes era abusos sexuales pasaron a ser agresiones, por eso puede ser que dato no sea fehaciente. Pero lo que sí es real es que el aumento se viene produciendo y si sumamos desde el año 2017 hacia acá se han aumentado el número de agresiones en más de un 100%.

¿Cómo se actúa para frenar el aumento?

Nosotros ni somos sociólogos, ni psicólogos y no sabemos muy bien cuál es el problema. Pero estamos en los casos, tomamos declaraciones, conocemos a los niños o jóvenes y vemos cosas. Todos los fiscales inciden en lo mismo, el acceso cada vez más temprano a la pornografía no es nada positivo, es muy negativo, porque primero se da otra circunstancia: no hay una buena educación sexual. El joven busca la referencia sexual en internet y la pornografía, nadie les dice que la pornografía no tiene nada que ver con las verdaderas relaciones sexuales, nadie les dice que la pornografía se basa más en el dominio, la violencia, más en conceptos bastante negativos.

Cuando tienen una buena educación sexual se les puede hablar hasta de la pornografía, el por qué de la pornografía y lo van a entender, pero sin esa educación sexual la utilizan de esa manera. Esto produce una banalización de las relaciones sexuales, que la vemos no solo en los autores de los hechos, también las vemos en las propias víctimas. En sus declaraciones me llama la atención en cómo describen las cosas, porque la están describiendo igual que las estamos viendo en pornografía, hablan igual, de las mismas cosas y los mismos niveles. Esto es preocupante.

En la violencia sexual provocada por menores, ¿las víctimas son siempre menores?

No, no siempre, pero casi siempre. No creo que sea una cosa muy planificada. No es que un grupo de chavales diga 'vamos a cometer una violación en grupo con una chica de x edad'. Los hechos surgen como surgen y la víctima puede ser la que esté allí, mayor o menor de edad. Generalmente, los hechos se producen de menores con menores.

¿Las violaciones grupales menores, aumentan?

Yo creo que no. Hay un efecto emulador, pero hay que hablar de ello para educar. Vemos cosas muy peculiares. Siempre se ha dicho que los delitos sexuales son muy difíciles de investigar, porque generalmente se hace en la clandestinidad y solo hay una prueba, que es la declaración de la víctima. Pero ahora no, porque los menores priorizan grabarlo, pese a los riesgos que pueda suponer. Si lo grabas es para pasarlo, y si lo pasas no sabes qué va a suceder con la grabación. En muchas ocasiones, tenemos como pruebas grabaciones, porque parece que es lo que más les importa.

No es que sean grupos de menores, sino que muchas son grupos heterogéneos, con menores, mayores e incluso personas inimputables por tener menos de 14 años. Hay más violaciones grupales de menores que de mayores por la propia idiosincracia de los menores. Ellos hacen las cosas en colectividad, en grupo. Los mayores no y mucho menos estos delitos. Una persona de 50 años que quiera cometer una violación buscará siempre la clandestinidad para evitar ser descubierto.

¿Bajar la edad de los menores inimputables?

Esto es opinable. Habrá fiscales que le digan que sí, que hay que bajar la edad penal, pero mi opinión es que no. Confío en este sistema judicial que tenemos, en el tema de menores, creo que están funcionando, que hay poca reincidencia en menores, es mucho más eficaz el tratamiento de internamiento de un menor, que una pena de cárcel a un mayor. Un 8% de reincidencia, mientras que en los mayores están en el 20 y tantos por ciento. La filosofía de la ley no es represiva, es educacional, lo que hay que hacer es recuperar al menor: si tenemos un mayor y un menor y tenemos castigarle por el mismo hecho delictivo, al mayor buscaremos desde nuestra perspectiva lo que se merece, en el menor lo que necesita. la obligación del Estado con el menor es doble, no solo tiene que reeducarle para que no delinca, tiene que educarles. la obligación de la educación afecta a todos los menores. Creo que no hace falta modificar porque está funcionando. El número de menores de 14 años que ha delinquido ha bajado, no ha subido.

¿Es duro ser Fiscal de Menores?

Es muy gratificante, porque estamos obteniendo resultados muy gratificantes. Visitamos los centros con frecuencia y funcionan muy bien, hay seguridad, pero no es la relación con la seguridad que hay en una cárcel, sino que es más parecido a la que hay en una tienda. La relación es mucho mayor con los que hacen el tratamiento. Incluso antes de la medida, en el procedimiento, todo gira entorno al informe que hace el equipo psicosocial. Lo que buscamos no es cómo castigar al menor, sino como reeducarle. Nos importa eso mucho más de lo que ha hecho o lo que se pudiera merecer. Nos importa lo que necesita y eso lo decide un equipo que evalúa exhaustivamente al menor. Ellos deciden qué necesita el menor y va a ser determinante. Y lo estamos consiguiendo, eso es lo gratificante.