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La Armada española intercepta cinco buques rusos en aguas del Mediterráneo oriental

La fragata Méndez Núñez, convertida en buque de mando de la OTAN, ha constatado un descenso de la actividad de la marina rusa

Un buque de la Armada, en una imagen de archivo. / Armada Española

Madrid

La OTAN mantiene activa su vigilancia y disuasión no solo por aire, también por el mar. La amenaza latente de Rusia está siendo monitorizada las 24 horas del día por parte de la Alianza Atlántica, a través de sus diferentes misiones.

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Una de ellas es la operación Noble Shield en la que participa activamente la fragata Méndez Núñez -modelo F100-, integrada en el grupo permanente de la OTAN, y que se ha convertido en el buque de mando, a raíz de la avería que ha sufrido el buque de guerra del Reino Unido, que ha obligado al comandante de la Agrupación Naval Permanente de la OTAN nº 2 (SNMG-2), el comodoro de la Marina Real Británica Paul Stroude, a subir a bordo de la fragata española para asumir el control de la misión desde la fragata Méndez Núñez.

El comandante de la fragata Méndez Núñez, David Díaz-Caneja, ha desvelado que desde que se embarcaron en la misión de la OTAN, rumbo a Souda, en la isla griega de Creta, han interactuado con cinco buques rusos. En las interacciones con esos barcos de la marina rusa no ha habido ninguna situación de tensión porque los mandos de la misión de la OTAN manejan un protocolo de seguridad establecido para "no entrar en situación de malentendido" y evitar cualquier situación de escalada violenta.

Movimiento constante de "unidades de espías"

Durante la videoconferencia que ha mantenido con la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, el comandante de la fragata Méndez Núñez ha confirmado también que han constatado un “descenso de la actividad de la marina rusa en aguas del Mediterráneo”, la explicación “puede ser por una transferencia de unidades en otras zonas del Mediterráneo”. Aun así, se confirma que sigue habiendo movimiento “sobre todo de unidades espías” que dan soporte a la Marina rusa y también buques de guerra que siguen operando por la zona.

Para la OTAN estas interacciones son vitales para obtener información de inteligencia, en especial, conseguir un patrón del comportamiento de la marina rusa y rastrear cuáles son sus movimientos.

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