Grupos de Whatsapp, la mayor lacra

Hoy tengo que hablar de todos esos mensajes machistas y homófobos que aparecieron el viernes en el grupo de whatsapp de unos estudiantes de magisterio de la Universidad de la Rioja. Otra vez vuelve a quedar claro cuál es la mayor lacra a la que nos enfrentamos hoy en día: los grupos de Whatsapp.

Ahí está el semillero de todo lo malo que esta sociedad. Los grupos de Whatsapp son el canal por el que viaja libremente lo peor de nuestro tiempo. Las fakenews, el fascismo y las recetas para la airfryer. Si en 1981 hubiera existido el Whatsapp, Tejero no hubiera preparado el golpe de estado en una cafetería, habría abierto un grupo llamado “Se vienen cositas en febrero”. Si Hitler tuviera ahora 25 años, no escribiría “Mi lucha”, sería el administrador de un grupo de Whatsapp para organizar un viaje a Polonia.

Y, aún así, creo que es necesario que los grupos de Whatsapp existan. Con los mensajes homófobos y machistas pasa lo mismo que con los residuos tóxicos. Es mejor que no existan, pero mientras no encontremos la manera de no generarlos, necesitamos un lugar donde acumularlos sin que nos llegue su mal olor. Y, en ese sentido, creo que los grupos de Whatsapp son lo más parecido que hemos inventado a un vertedero ideológico.

La clave está en no asomarse jamás a ver qué hay dentro. Ni somos tan malos como parecemos en un grupo de Whatsapp ni tan buenos como parecemos en los stories de Instagram.