Marruecos sufre las consecuencias del peor terremoto de su historia en un país sin viviendas preparadas para los temblores y con una infraestructura deficiente para afrontar una castástrofe de estas características. Lo sucedido en el país vecino ha vuelto a poner el foco en la posibilidad de que ocurra un gran terremoto en España como ya ocurrió en Granada. En 1884, el pueblo de Arenas del Rey sufrió un seísmo de cerca de 7 grados que provocó la muerte de un millar de personas y unos 1.500 heridos. Se destruyendo unas 4.400 casas y 13.000 sufrieron daños importante. Ocurrió un 25 de diciembre. La nieve que había caído y la dificultad de las comunicaciones a finales del siglo XIX en ese territorio hizo que la ayuda tardara varios días en llegar por lo que el número de víctimas fue mayor. Uno de los más recientes ha sido el seísmo de Lorca de 2011 en el que murieron 7 personas. El terremoto alcanzó una magnitud de 5.1. La Península Ibérica está situada en la confluencia de la dorsal media del Atlántico, una cordillera volcánica que divide el océano de norte a sur, la placa euroasiática y la africana. La tensión entre las dos placas puede provocar una liberación de la energía en forma de terremoto. La parte oriental de Málaga y la occidental de Granada también se encuentran entre los lugares de España con un riesgo muy alto de actividad sísmica. Según el Instituto Geográfico Nacional, la ruptura en el mar de Alborán fue el causante que desencadenó una serie de terremotos a finales de 2021 y principios de 2022. Un sismólogo ha analizado en Twitter la probablidad de que pueda ocurrir un terremoto de características similares al de Marruecos. «Para esto tenemos el mapa de peligrosidad sísmica elaborado por el Instituto Geográfico Nacional», ha comenzado su hilo. «¿Cómo se elabora el mapa de peligrosidad sísmica? Para ello se tiene en cuenta la sismicidad que ha ocurrido en el pasado, su localización y magnitud, así como la intensidad con la que se ha sentido», ha continuado para especificar: «Para elaborar el mapa de peligrosidad sísmica y sin entrar en detalle: 1º se zonifica por regiones sismogénicas (zonas que puedan generar terremotos) 2º Se calcula la curva de recurrencia en cada zona: o sea qué distribución de terremotos clasificados por magnitudes ha habido». El científico explica que finalmente para cada punto del mapa se suman las probabilidades de que ocurra un terremoto en cada zona sismogénica teniendo en cuenta la afección de ese terremoto aplicándole las leyes de atenuación (depende de a qué distancia esté el punto de la zona). Luego explica: «Así se obtiene es una curva de probabilidad de que cada punto del mapa se vea afectado por una aceleración determinada o por una intensidad. A partir de estas curvas se pueden generar distintos mapas para distintos tiempos de retorno, p ej., 95 años o 2475 años». «Visto todo esto la conclusión es que el mapa de peligrosidad sísmica usado habitualmente da, para cada zona, la aceleración máxima esperada con un tiempo de retorno de 475 años o de otro modo qué aceleración se espera para un periodo de retorno de 50 años con un 10% de probabilidad», explica justo antes de entrar en materia sobre lo que puede pasar. Y su conclusión es clara: «Así de entrada y observando el mapa no es descartable que se produzca un terremoto destructivo en el sur de la Península. De hecho, en 1884 se produjo un terremoto en Granada que dejó más de 1000 fallecidos y cuya magnitud se estima en 6.7 (Mw) y de intensidad máxima X».