"Cuanto más sabemos sobre Elon Musk, más ojipláticos nos deja"

Madrid

La biografía que Walter Isaacson ha escrito sobre Elon Musk después de ser su sombra durante dos años se publica estos días y en "el ministerio de ciencia y tecnología", la sección que comparten los periodistas Jaime García Cantero y Nuño Domínguez todos los jueves en el Hoy por Hoy de Ángels Barceló, hay muchas ganas de leerla. Nuño afirma que Isaacson probablemente sea el mejor biógrafo del mundo y Jaime explica que "es una biografía súper consentida, pedida, encargada por Musk que es fan de Isaacson, como Nuño. Isaacson además es el biógrafo más caro del mundo, y este libro está hecho a medida del ego de Musk. Y pese a ello te quedas ojiplático" con las cosas que cuenta sobre el personaje.

Llama especialmente la atención el carácter de Musk, cómo a veces entra en "modo demonio" y "se vuelve violento, rompe cosas, se enfrenta a todo el mundo... se convierte en alguien de trato difícil. También cuenta mucho sobre sus orígenes, y una infancia llena de violencia. Es una forja del ángel caído. Cómo se va creando el héroe, cómo luego se enfrenta a dificultades y cómo termina siendo un problema para mucha gente" cuenta Jaime García Cantero.

Àngels se ha preguntado si, siendo una biografía de encargo, no será poco objetiva, a lo que Nuño responde que "a Isaacson hay que respetarlo. Si tiene que criticar, critica, aunque siempre queda ese tono de estar describiendo a un personaje interesante y muy influyente". Jaime destaca que Isaacson ha descubierto a su hijo número 11, que tiene un nombre rarísimo [Tecno Mechanicus] o que ha influido en la guerra de Ucrania hasta el punto de frenar ataques directos.

"Y de repente su ideología preocupa a todo el planeta" prosigue Nuño, "porque todos dependemos de una forma a otra de alguna de sus empresas, incluyendo soldados que dependen de su red de satélites." Los servicios de Starlink se pueden contratar en España (por no hablar de que muchas noches estos satélites pueden verse a simple vista en el cielo nocturno), pero el problema es que en Ucrania el ejército depende totalmente de las comunicaciones que proporciona Starlink, y que Elon lo apaga cuando quiere para, según él, "evitar un nuevo Pearl Harbour". Pero tiene reuniones con Putin al tiempo que firma acuerdos de colaboración con el Pentágono.

En esto incidía precisamente un artículo en profundidad publicado hace unos días en "The New Yorker" por Ronan Farrow, que explicaba hasta qué punto aspectos claves de la política y las infraestructuras estadounidenses dependen de Elon Muk, desde la exploración espacial ("sin Musk EE UU no irá a la Luna dentro de dos años") a la transición energética a través de Tesla. Y todo esto con una relación pésima con la administración Biden y una preferencia clara por otro presidente "que todos sabemos cuál es", dice Jaime. "El cóctel empieza a ser peligroso: un señor del que dependes, con el que tienes relaciones poco fluidas y que además está presente en casi cualquier reto que tenemos como especie". "Y ahora se va a meter en la inteligencia artificial, también. Lo que le faltaba", remata Nuño. De hecho, hemos podido verle con los demás gerifaltes de las grandes tecnológicas en la primera de las reuniones convocadas en el Capitolio por el líder de la mayoría demócrata en el Congreso, Charles Schumer, para asesorar a los legisladores que buscan redactar una ley que regule la IA antes de las elecciones de 2024, que podrían verse amenazadas por su uso desregulado.

En cuanto a su ideología, Musk ha ido evolucionando "de un rollo ultra liberal y libertario a algo que se parece mucho a un ultraconservador y reaccionario", explica Jaime. "Además está su obsesión con lo "woke", con las ideas progresistas que están intoxicando a la opinión pública. En algún momento se insinúa que él compra Twitter para luchar contra esto, para que esto deje de ser un "nido de progres" y él lo pueda controlar". Una de sus hijas es trans, cosa de la que Musk culpa a Twitter y que explicaría en parte por qué se decidió a comprarla.

Walter Isaacson ha escrito también sobre Einstein (2008) Steve Jobs (2011: la portada de aquel libro, curiosamente, es muy parecida a la de este libro sobre Musk: un primer plano con la mano en la barbilla), Leonardo da Vinci (2018), o Jennifer Doudna, Premio Nobel de Química 2020, una de las autoras del descubrimiento de la doble hélice del ADN.