Inma Cuesta: "No hay tantos personajes a partir de los 40 que sean motores de la historia. Hay muchos más para ellos"
La actriz es una de las protagonistas de 'Todos los nombres de Dios', el nuevo thriller de Calparsoro, ha montado una productora para levantar nuevos proyectos y celebra con esperanza los avances feministas en la sociedad y en la industria
Entrevista | Inma Cuesta por 'Todos los nombres de Dios'
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Madrid
Cuenta Inma Cuesta (Valencia, 1980) que una vez, con apenas 30 años, le preguntaron cómo valoraba su carrera. En aquel momento estaba casi empezando a ser un rostro popular, con películas como Primos o La voz dormida y series como Águila Roja. Ahora en su currículum hay títulos clave del cine reciente, como La novia, Tres bodas de más o la serie Arde Madrid. Ha hecho dramas, comedias, cintas de género y ahora se anota un thriller de coprotagonista junto a Luis Tosar. En Todos los nombres de Dios, la nueva película de Daniel Calparsoro, interpreta a una agente al mando de un operativo para evitar un atentado terrorista. Una agónica cuenta atrás en la que lidia con la tensión, con un ambiente masculinizado y con un plan kamikaze.
Cuando sabes que es un thriller de Calparsoro, siempre piensas en mucha acción y adrenalina, pero aquí está un poco más relajado, eso sí, con mucha tensión
El otro día la definían muy bien y decían que era un thriller cargado de emoción. A diferencia de otras películas de Daniel, que tiene esa cosa de adrenalina pura, de pura dinamita, esta tiene todo eso, porque lo tiene y es muy espectacular además, pero también tiene emoción y eso lo hace diferente.
Hay espacio para los personajes, para un desarrollo emocional
Sí, de hecho eso fue lo que me dijo cuando nos reunimos. Me dijo esto es una película de personajes, o sea, es un thriller, hay acción, pero me importa mucho el personaje de cada uno, o sea, la historia de cada uno. Y creo que está muy bien reflejado en la película. Toda la parte de la familia de Santiago, el personaje que interpreta Luis Tosar. Y luego a mí algo que me gusta muchísimo es que hay un atentado terrorista, pero creo que está abordado desde un lugar muy interesante que no sé si está tan visto. Y es que también se ve el punto de vista del otro lado, de la familia de este chico, que es un chaval que se ve envuelto en todo esto, y eso me parece que la hace muy poco maniquea, que es fácil cuando a veces se habla de de atentados y todo esto.
Es curioso porque también encuentra espacio para desarrollar tu relación con Luis Tosar, una relación que no es física. Os mantenéis a distancia casi toda la película, pero a través del teléfono habéis generado como una complicidad e intimidad
Sí, nos preguntaban, qué tal, cuánta complicidad, digo sí, por pinganillo muchísima. Es verdad que no hemos coincidido prácticamente. Fuera de set, sí. Empiezan siendo dos desconocidos que tienen que confiar el uno en el otro y es una relación que se va poco a poco fraguando porque hay un momento en el que tampoco sabes muy bien su personaje para dónde va. Y hay un acercamiento poco a poco hasta que se convierten en cómplices y tienen que estar unidos para resolver un conflicto muy extraordinario.
Tu personaje acaba de llegar a un puesto donde hay un ambiente muy masculinizado, está ella sola en esa sala y tiene que sacar la cabeza
Eso muy interesante. La película está escrita por una mujer. Es un thriller escrito por una mujer, que es algo también que no es tan usual. Y a mí una de las cosas que me agradó y que me hizo ilusión es que este personaje, Pilar, podía haber estado interpretado casi seguro por un actor y ser un personaje que fuera un hombre. Y entonces me pareció muy interesante que le dieran ese giro y que lo convirtiera en una mujer y que además esté reflejado, como bien dices, en que son todo hombres menos ella. Y bueno, impresiona. La chica que nos asesoró era de la Guardia Civil y ella pues me estuvo explicando los rangos y cuáles son las jerarquías, es muy interesante y hasta llegar ahí es un camino arduo y duro, eso también me ayudó a construir el personaje. Y ayuda también verte rodeada de todos ellos y tú tener que ocupar tu espacio y que sea muy directa y muy concisa en una situación límite.
¿Y cómo ha sido rodar en la Gran Vía de Madrid vacía?
Increíble, impresionante y muy gracioso ver algún despistado por ahí, porque claro, se rodó durante dos domingos y cuatro horas solamente. Había mucha tensión porque había que ir muy rápido. Fue por la mañana, muy temprano empezábamos a marcar y a ensayar. Imagínate todo cortado, si yo vivo por ahí o llego de fiesta y de repente me encuentro con ese panorama, con ese convoy, yo me quedo muerto. Hay alguno que que se quedó un poco asustado, era muy impresionante. Y como te digo, pues con mucho chute de adrenalina porque había que rodar muy rápido, hacerlo bien, no había espacio para el error, pero toda una experiencia, la verdad.
En tu carrera has rodado dramas maravillosos, La novia o La voz dormida, comedias de éxito, ahora también thriller, casi acción, ¿eres de las que piensa me apetece o me falta por hacer esto o no le das vueltas?
Confío mucho en el destino y en lo que nos va llegando. Me siento súper afortunada, lo hablo con compañeros y compañeras que tengan la oportunidad de jugar en todo, en comedia, en drama, ahora un thriller. Y confío un poco en lo que vaya llegando, me hace especial ilusión, siempre lo digo, hacer un musical porque he hecho un musical en teatro, pero nunca en cine. Y me gustan y me apetecería mucho hacer un musical.
Tú cantas muy bien
Bueno, yo he hecho musicales, he cantado, canto todo el rato y me haría especial ilusión. Ayer hablábamos con Luis, que también canta, digo mira, un musical nos podían ofrecer, así a lo La La Land.
En el cine español no suelen salir muy bien, y mira las galas de los Goya
Es un género complicado para hacerlo bien, bien. Y luego de género hice una película y el género, por ejemplo, siempre me ha gustado desde pequeña muchísimo, que también es complicado hacer una buena película de género. Entonces bueno, si me ofrecen por ahí, me encanta.
Decías que lo has hablado con compañeros, nosotros también hemos dejado de preguntar esto de cómo ves tu carrera
Ya, ¿sabes lo que me pasó? Una vez cuando tenía 30 años más o menos, me dicen bueno, ¿qué valoración haces de tu carrera? Digo mira, me vas a perdonar, tengo 30 años, ¿vale? O sea, no me puedes preguntar eso. Me estás hundiendo ahora mismo. Que me lo preguntes ahora, te puedo decir, bueno, hago una valoración positiva, pero con 30 estoy empezando.
Además está también esa idea de cómo proyectar tu carrera cuando es una profesión que escapa en muchos casos a tu control
Relativamente. Esto es una carrera de fondo y es un juego también. Y como tal me lo tomo y confío mucho también. Me siento muy afortunada. Evidentemente hay muchísimos compañeros de la profesión que no tienen trabajo y que tienen que compaginarlo con otro trabajo porque no pueden vivir de esta profesión. Somos pocos los que realmente podemos vivir, parece que a todos nos va muy bien y no es cierto. Yo siempre digo que no sé qué quiero ser de mayor, tengo muchísima vocación de actriz, me gusta mucho mi trabajo, pero digo, no sé adónde me va a llevar la vida. Le doy la importancia justa y necesaria. Soy muy ahorradora, entonces eso también me ayuda a poder tomar decisiones. Que si hay un proyecto con el que no me siento identificada o creo que no puedo aportar mucho, pues digo, mira, prefiero esperar a otra cosa. Pero bueno, también conforme vas cumpliendo años también las oportunidades son menores porque hay menos personajes escritos para nosotras. Yo he formado una productora y estamos ahí buscando proyectos, escribiendo y poco a poco, también por ponerte en el otro lado y decir, quiero buscar los proyectos que yo quiero hacer, no solamente esperar a que me llamen. Estoy un poco loca, creo.
Bueno, mira Margott Robbie y Barbie, u otras muchas actrices que están sacando proyectos adelante. Estamos viendo que es una de las vías
Claro, y buscar autores o autoras que tengan algo diferente que contar y poder construir desde ahí. Pues ahí ando.
Ese darle la vuelta tiene que ver con que a los 40 dejan de llegar algunos papeles o hay menos
Hay menos. En el rango de mi edad hay muchísimas actrices maravillosas, entonces no me va a tocar siempre a mí, tendrá que tocarle una vez a una, otra a otra. No hay tantos personajes a partir de 40 que sean motores de la historia o protagonistas, no hay tantos, es que no los hay. Hay muchos más para ellos y esto es real, ya ha evolucionado y va mejor, sí, pero que hay mucho más personajes para ello, es así. Entonces tendremos también que ponernos ahí pico y pala a construir para que pasen cosas diferentes.
¿Tú sigues haciendo castings, por ejemplo?
Sí, alguno que otro, sí, y no me importa, depende. Lo que sí hago cuando me llega un casting es decir, vale, pero me quiero leer el guión, porque imagínate que no me apetece hacer el casting porque no me interesa el personaje. Esto pasa también. Yo hago una prueba, no tengo problema, pero yo también quiero probarte a ti. Si no me interesa, para qué voy a hacer un casting si de repente veo que no encajo. Entonces bueno, pues ahí vamos, todavía haciendo casting.
En los últimos años hemos hablado mucho con actrices, con actores, también nosotros los periodistas, de cómo esta ola feminista ha sido un proceso de aprendizaje. Todos hemos aprendido, ¿cómo lo has vivido tú?
Abrazándolo con mucha ilusión y con mucha esperanza. Todavía queda mucho pero con esperanza a pesar de. Fíjate ahora con esto que ha pasado, con lo del beso, que de repente ha habido un debate, que te das cuenta todavía lo que queda, ¿no? Que dicen, bueno, no es para tanto, ya, claro, es que a ti no te han tocado el culo por la calle. A mí me ha pasado, me han tocado el culo por la calle, me han dicho cosas, han invadido mi cuerpo sin pedirme permiso de alguna manera. Claro, no es lo mismo que te peguen un guantazo a que te peguen una paliza, pero no tienen porqué pegarte un guantazo. Entonces yo creo que todos, me incluyo también, hemos sido conscientes de cosas que no era consciente. Por ejemplo, normalizas cosas, yo que sé, cuando éramos adolescentes y volvíamos de fiesta, avisar a tu amiga de que estabas, de que habías llegado a casa bien. Y dije ostras, es que esto no es normal, pero lo normalizamos hasta que de repente te das cuenta de que no, que no, que no es normal que tengamos que hacer eso. Y hemos aprendido de todo eso, yo que tengo una hija, espero que le espere un futuro cada vez mejor, y que estemos juntos en esto, que se trata de eso, al final no es una cosa nuestra de las mujeres, es una cosa de todos, nos hace mejores a todos también.
¿Ha habido también un cambio en el cine?
Yo creo que lo está habiendo, sí. Y el año pasado en los Goya fue un claro ejemplo. Para eso son las cuotas importantes, hay gente que dice, no es que las cuotas para mujeres, no, evidentemente con un criterio, pero es que si no existieran esas cuotas no hubiese pasado lo que ha pasado. Yo creo que he trabajado con una directora de fotografía en mi vida. Es que eso es así. Entonces, si tú no das un espacio, si no hay espacio, lo que no se ve no existe. Es como ahora con las chicas que han ganado el Mundial, porque si tú le das un espacio para que puedan entrenar, para que puedan tener un sitio, si no es imposible que puedan llegar a ningún sitio. Cuando se lo das, claro, ocurren las cosas. Esto es igual.
¿Cómo te han ayudado a ti también las redes sociales para expresar tu opinión en ciertos temas que te preocupan, que te conciernen? ¿Hay ahí también un cambio de implicarse más?
Bueno, no todos. Yo creo que hay muchos perfiles diferentes. Yo soy muy cauta en mis redes sociales, a nivel digamos más íntimo, privado, pues no muestro mucho más allá que a mi perra y yo.
A Rumba
Sí, y alguna cosa así que me apetezca de manera natural y tal. Imagino que también yo por edad he llegado tarde a las redes sociales. La gente mucho más joven muestra todo, su casa, su novio, su novia, sus hijos. Pero yo creo que he llegado un poco más tarde ahí. Y soy más recelosa o por carácter, no sé. Y luego creo que hay perfiles muy blancos, me refiero a que parece que no hay opinión de nada, sino solamente es algo bonito que tiene que ver con el trabajo, con la publicidad, que me parece bien. Y el mío pues está ahí, entre un poco de todo. De repente cosas que reflexiono o pienso, o que quiero denunciar o compartir. Y cosas de trabajo también, o de publicidad en un momento determinado. Un poco yo sin la parte más privada. Pero ayudarte, no, te salpica. Y en cuanto tú dices algo que tiene que ver con la sanidad pública o con la censura, bueno, la que te dan no te lo puedo explicar.
Pero no dejas de hacerlo, que eso es importante, la implicación o el compromiso
Es que te dicen, tú trabaja en lo tuyo y no te dediques a opinar. Bueno, es que tengo una opinión y soy una ciudadana igual que tú y tengo derecho a opinar. Creo que es importante comprometerse con las cosas y ser honesto con lo que uno siente y piensa y trasladarlo. Y si sirve de algo para alguien, pues eso creo que es important
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...