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Bombas aliadas en la Segunda Guerra Mundial y una mala conversación: la historia de las las otras dos destrucciones de Pompeya

Marta Fernández ha indagado en su 'Academia de Saberes Inútiles' en la historia de la ciudad romana

Bombas aliadas en la Segunda Guerra Mundial y una mala conversación: la historia de las las otras dos destrucciones de Pompeya

Madrid

El terremoto en Marruecos, el ciclón que ha arrasado Libia, las lluvias torrenciales que ha causado el paso de la DANA... En las últimas semanas, la naturaleza no ha parado de causar estragos. La periodista y escritora Marta Fernández ha querido indagar este viernes en su Academia de Saberes Inútiles en la historia de otra catástrofe natural: la erupción del Vesubio que acabó sepultando la ciudad romana de Pompeya, en el año 79.

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Esa erupción del volcán no fue la primera, pero sí la que quedó mejor documentada. En buena medida, Pompeya es lo que es no sólo por los hallazgos arqueológicos, sino también por la historia de un joven de 17 años que prefirió quedarse en casa leyendo en lugar de ir con su tío a ver qué era ese penacho de humo que se alzaba al otro lado de la bahía de lo que hoy conocemos como Nápoles.

Plinio el joven y la destrucción de Pompeya

Ese adolescente que sobrevivió a la erupción era Plinio el Joven, cuya historia se puede conocer en la exposición inmersiva 'Los últimos días de Pompeya', que se puede visitar en el Matadero de Madrid y cuyo guionista y asesor es Nacho Ares, director de SER Historia.

Nacho Ares ha afirmado en La Ventana que en la exposición se descubre el momento previo a la erupción del volcán. "La gente se va a poder sumergir en una realidad que les va a sorprender y a sobrecoger. Van a poder interactuar con piezas del siglo primero y asistir a un espectáculo inmersivo que explica cómo se descubrió Pompeya", ha explicado.

El director de SER historia ha expuesto que los habitantes de Pompeya desconocían que el Vesubio era un volcán. "El testimonio de Plinio el joven es alucinante, dice que parecía la última noche del mundo y describe cómo la gente actuaba como pollos sin cabeza ante una catástrofe", ha añadido.

Bombardeo británico durante la Segunda Guerra Mundial, una nueva destrucción

Sin embargo, esta no es la única destrucción que ha sufrido Pompeya. La segunda destrucción de Pompeya tuvo lugar cientos de años después, en el siglo XX, y vino también desde el cielo. Fernández ha explicado que el 24 de agosto de 1943, el mismo día que se supone que estalló el Vesubio en el año 79, las bombas del bando aliado durante la II Guerra Mundial cayeron sobre Pompeya. Después los británicos dijeron que aquel bombardeo fue un error de cálculo.

En septiembre, no obstante, el yacimiento sufrió una nueva campaña aérea más intensa y más prolongada. Durante trece días, se calcula que más de 160 bombas fueron lanzadas en las ruinas. La periodista ha señalado que, en aquella fase de la guerra, la inteligencia británica estaba en plena Operación Avalancha, es decir la invasión de la Italia de Mussolini, y tenía noticias de que los nazis utilizaban las ruinas de Pompeya para esconder arsenales y tropas. Aquel rumor no era cierto, pero la zona se convirtió en objetivo de los Aliados.

Marta Fernández ha indicado que los daños en la ciudad fueron muy importantes. Más de un centenar de edificios resultaron fatalmente dañados por el bombardeo británico. Por ejemplo, el Museo de Pompeya, levantado en el siglo XIX, en el que se guardaban esculturas, enseres y muchos de los objetos recuperados en las excavaciones quedó totalmente derruido. Afortunadamente, Amedeo Maiuri, arqueólogo al mando en Pompeya, mandó llevar todo lo que se podía sacar del lugar al museo de Nápoles.

Una mala conservación

La tercera destrucción se produjo en el siglo XXI y es consecuencia directa de cómo se hizo la recuperación tras los bombardeos. A finales de 2010 comenzaron a llegar noticias de derrumbes a consecuencia de las lluvias y la mala reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial. "Se había hecho de mala manera, utilizando cemento, colocando los sillares sin tener en cuenta si eran los originales, con muy buena voluntad pero a toda prisa para evitar males mayores", ha indicado Fernández.

Asimismo, la nueva ola de desplomes coincidió con el Gobierno de Berlusconi y la Unión Europea llegó a denunciar que las ayudas para la conservación nunca habían llegado a su destino. Marta Fernández ha resaltado que los derrumbes continuaron hasta que en el año 2014 otro arqueólogo, Massimo Osanna, responsable de la excavación, salvó de nuevo la ciudad.

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David Laso

Redactor de La Ventana, antes en Si Amanece nos...