Miles de trabajadores del sector del automóvil inician una huelga simultánea sin precedentes en Estados Unidos
Empleados de General Motors, Ford y Stellantis han iniciado paros en tres plantas ante la falta de acuerdo para la firma de un nuevo convenio colectivo
El sector del automóvil de Estados Unidos, uno de los pilares económicos del país, se para. Pasada la medianoche se ha cumplido el plazo que el sindicato del motor en Estados Unidos, United Auto Workers, había dado para la firma de un nuevo convenio colectivo en el que exigían que se incluyera una subida de un 40% de sus salarios en consonancia con el incremento justo en ese mismo porcentaje de la remuneración de los directivos de General Motors, Ford y Stellantis.
También piden una reducción de la jornada laboral o la instauración de nuevo de un modelo que les garantice el cobro de sus pensiones. No ha habido acuerdo y han iniciado por primera vez en la historia una huelga simultánea en estos tres gigantes del automóvil, una huelga concentrada de momento en tres plantas de Ohio, Michigan y Misuri, una de cada una de las empresas.
En estas tres plantas trabajan algo más de 13.000 personas y en ellas se fabrican algunos de los vehículos más vendidos del país como el Ford Bronco o el Chevrolet Colorado. En total, el sindicato está representado en las tres empresas con 143.000 trabajadores.
Con que el parón dure apenas 10 días, la industria calcula que le puede costar 5.600 millones de dólares en pérdidas. Si es larga, el parón de este cinturón de la fabricación del automóvil puede ser una amenaza para la economía de todo el país. De momento la convocatoria es selectiva, pero el presidente del sindicato ha avisado de que "todas las opciones están sobre la mesa" en referencia a una posible huelga generalizada en el sector.
El presidente de EEUU, Joe Biden, ha salido este viernes a defender las peticiones de los trabajadores, destacando que los repartos de estos beneficios récords tienen que dar lugar también a "contratos récords". "Nadie quiere una huelga, pero respeto el derecho de los trabajadores a utilizar sus opciones bajo el sistema de negociación colectiva. [...] Entiendo la frustración de los trabajadores", ha dicho.
Los trabajadores se han empobrecido
Desde el momento en que se ha cumplido el plazo dado por el sindicato para llegar a un acuerdo, centenares de personas se han concentrado en las plantas, sobre todo en la de Ford en Michigan. Entre ellas estaba Debbie Dingall, congresista por Michigan del Partido Demócrata.
Por primera vez en la historia declararemos huelgas al mismo tiempo en las tres compañías. Estamos usando una nueva estrategia: la huelga selectiva
— Shawn Fein, presidente del sindicato United Auto Workers
Desde el final de la pandemia, las tres grandes marcas han disparado sus ventas, pero en cambio sus trabajadores se han empobrecido. La última oferta de General Motors incluía una subida salarial de un 20% y un ajuste acorde con la inflación para los trabajadores más experimentados.
"Una oferta sin precedentes", decía la directora ejecutiva de la compañía Mary Barra este jueves, quien avisaba de que "nadie gana en una huelga". Este mismo viernes, con la huelga ya en marcha, Barra ha reconocido en CNBC que está "profundamente frustrada y decepcionada" y que la empresa buscará "llegar a un acuerdo cuanto antes". Barra ha argumentado que General Motors ha ofrecido a los trabajadores la mayor subida salarial en los 115 años de historia de la compañía.
Esta huelga no va a ser buena para la economía en su conjunto
— Mary Barra, CEO de General Motors
Sus palabras no han convencido a los trabajadores. "Hemos trabajado duro para alcanzar un acuerdo que sea económica y socialmente justo para nuestros afiliados", ha explicado el presidente del sindicato United Auto Workers en un vídeo publicado esta pasada madrugada, "nos hemos mantenido firmes para conseguir un acuerdo con las tres empresas que refleje el enorme sacrificio y el compromiso que hemos dedicado a estas compañías".
El sindicato ha recordado a los empleados de fábricas que aún no han sido llamados a la huelga que deben seguir trabajando, pero que lo harán ahora con un convenio extinguido. Bajo esas condiciones, recuerda la empresa, han de seguir realizando sus funciones, pero la empresa no puede cambiar los términos y condiciones de los contratos.
En el primer semestre del año, Stellantis (que abarca marcas como Jeep o Chrysler) ha ganado 11.900 millones de dólares, General Motors 5.000 millones y Ford 3.700 millones.
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Examen del modelo sindical
Durante las décadas de los 80 y los 90, General Motors, Ford y Stellantis dominaron sin discusión el mercado del automóvil de Estados Unidos. Llegaron a vender 9 de cada 10 coches en ese país. Ese dominio del mercado comenzó a erosionarse con la llegada de marcas asiáticas, de coches de Toyota o de Honda.
Debido a esa irrupción de la competencia desde Asia, los trabajadores estadounidenses comenzaron a ser objetivo de amplios programas de jubilaciones y también se vieron obligados a dar marcha atrás en sus derechos: dejaron de recibir seguros médicos, se bajaron sueldos, etc. para evitar la quiebra de estas compañías. Ahora las empresas han reflotado sus beneficios millonarios sin que haya tenido el paso del tiempo ese mismo efecto en los salarios de los empleados.
Por ello, esta huelga es también un reto para el sector y su modelo de organización sindical, ya que es un espacio económico que afronta nuevos retos como la llegada de la Inteligencia Artificial o la transformación hacia una industria centrada en el vehículo eléctrico.
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