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Sociedad

Keith Lamar, el condenado a muerte que pretende concienciar sobre su inocencia a través del jazz

Albert Marquès ha visitado 'La Ventana' para compartir la historia de Keith Lamar

Keith Lamar, el condenado a muerte que pretende concienciar sobre su inocencia a través del jazz

Keith Lamar es un preso del corredor de la muerte que ha estado esperando su ejecución en una prisión de Ohio durante 30 años por supuestamente matar a otros cinco reclusos durante un motín, aunque siempre ha mantenido su inocencia. Lamar tiene un vínculo con el pianista de jazz afincado en Nueva York, Albert Marqués, nativo de Granollers. El jazz en particular sirve como enlace para unir a estas dos personas. Y fruto de esa conexión ha surgido un álbum y un libro que se publicó recientemente, 'El jazz suena en el corredor de la muerte'.

Este disco ha sido el primero que se ha grabado con un preso condenado a muerte y sirve como evidencia de la capacidad de la música para mantener a las personas esperanzadas y cuerdas incluso en las circunstancias más desesperadas. Albert Marquès ha visitado 'La Ventana' para compartir todas las curiosidades de esta historia.

La ejecución de Keith Lamar estaba prevista para dentro de dos meses, el 16 de noviembre, pero se ha aplazado de momento hasta enero de 2027. "Ha sido un gran triunfo. Nuestros objetivos eran aplazar la ejecución para que el nuevo grupo de abogados, que se ha construido con este movimiento, tenga tiempo para hacer su trabajo. El siguiente objetivo, evidentemente, es liberarlo, pero estamos muy contentos de haber conseguido este primer gran paso".

Marquès lleva varios años involucrado en diferentes movimientos sociales. Tras una conversación con unos vecinos comenzaron a movilizarse frente al movimiento 'Black Lives Matter'. "Fue en ese momento en el que me surgió esta idea. Además, escuche que Keith era un gran amante del jazz. Supe que podía ayudarle".

"Sin este vínculo emocional sería imposible"

El pianista ha explicado que tras esta historia ha creado un vínculo personal muy potente con Lamar. "Nos entendimos muy bien y muy rápido. Hablamos todos los días y no solo lo hacemos de su situación. He ido a visitarle varias veces, además conoce a mis hijos y a mi pareja. Es uno de mis mejores amigos. Sin este vínculo emocional sería imposible hacer algo tan grande, es como un motor que hace que todo esto funcione", ha comentado.

En el libro se cuenta como Lamar desde que era joven ha estado involucrado en robos, ambientes desestructurados, delincuencia, droga y peleas. A día de hoy Marqués trabaja en un instituto público de la ciudad de Nueva York fundado por un educador social. "Tengo muchos alumnos que son potencialmente como Keith. Es fácil juzgar a gente que ha tenido pocas oportunidades. La primera vez que entro en un centro de menores, su padre estaba ausente y fue su madre, que, al no poder mantener a su hijo, le pidió al juez que se quedase en la cárcel", ha explicado.

"La música también me salvó"

El escritor ha explicado que tras seguir toda esta historia ha tenido que ir al psicólogo porque a nivel personal se ha visto muy afectado. "Creo que es muy importante cuidar de ti mismo porque si no, no puedes ayudar a nadie. Desde que se implementó a la pena de muerte en Estado Unidos en los años 70, 1 de cada 9 personas en el corredor de la muerte han sido declaradas inocentes por el propio sistema judicial estadounidense antes o después de la ejecución. La pena de muerte tiene un carácter irreversible y por eso creo que debería ser abolida".

Una historia en la que el pianista ha invertido mucho tiempo y esperanza, pero que aún no tiene un final. "La música también me salvó, me dio un sentido. En el instituto también empleamos la música como una herramienta para que la gente que lo está pasando mal se exprese y el público pueda empatizar con ellos".