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Pilar Bonet, periodista: "Rusia no estaba preparada para dejar de ser un imperio"

Aimar Bretos entrevista en 'Hora 25' a la periodista Pilar Bonet

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Madrid

La periodista Pilar Bonet ha trabajado durante gran parte de su carrera como corresponsal en Moscú para el diario El País. Su experiencia en el terreno y su conocimiento sobre los territorios soviéticos y postsoviéticos la ha llevado a convertirse en una de las mayores expertas sobre este campo en nuestro país. Así es como ha nacido 'Náufragos del imperio. Apuntes fronterizos', un libro con el que Bonet busca explicar los antecedentes de la guerra de Ucrania. Rusia, explica la periodista, no estaba "preparada" para dejar de ser un imperio, lo que nos sitúa entre dos países vecinos que luchan entre sí: "Uno quiere recuperar su identidad idealizada, Rusia, y otro necesita forjar su identidad de futuro, Ucrania".

Las entrevistas de Aimar | Pilar Bonet

El inicio del conflicto

El libro cubre los inicios de la guerra, que empezó en 2014, y trata de explicar la fase actual, dos momentos que, para la periodista, tienen una continuidad. Rusia, dice Bonet, no estaba preparada parta dejar de ser un imperio. "Con la caída de la Unión Soviética, la élite rusa de entonces se sintió liberada de lo que consideraba los vampiros, los parásitos de la energía y del potencial económico ruso. Pero, al cabo de unos años, empezaron a lamentarse. Entonces, en vez de sentir esa liberación, empezaron a sentir que les habían robado y que se habían dejado engañar", cuenta.

Esta perspectiva, dice Bonet, debemos tenerla en cuenta si tratamos de entender el comportamiento de Putin. Su pensamiento entra dentro de una tradición histórica, una manera de ver las cosas que está muy arraigada en Rusia. "Conciben a Rusia como una fortaleza acosada", señala. La construcción de este tipo de narrativas post soviéticas es diferente en cada país, en las que, además, influyen factores como la aceptación o rechazo de la cultura, el papel de la metrópoli o los mitos.

La periodista recuerda que no había referentes en los que fijarse para gestionar el fin de un imperio. "No existían. Hubo muchos errores por parte de todos, pero la responsabilidad del fin de la Unión Soviética es de la propia Unión Soviética, no de Occidente", resalta.

Putin y la propaganda rusa

La Rusia de Putin ha sacado del baúl de las antigüedades la 'rusa nueva', un territorio administrativo del imperio zarista que ocupaba, según las épocas, un territorio ligeramente diferente. Este es el espacio del este y del sur de Ucrania, explica Bonet, que Rusia necesita para unir Crimea con la franja del Donbás que ya tiene. "Todo eso es una entelequia y, al final, eso forma las consciencias. Con una buena propaganda, todos se creen la entelequia".

Una propaganda "muy potente" porque tiene la escuela soviética y porque, aparentemente, la cabeza de la gente es más sensible de lo que había pensado. "Al final, se cree lo que se quiere creer, se rechaza lo que no se quiere creer. Es un fenómeno mucho más amplio de lo que parece y no solo ocurre en Rusia", explica.

Nagorno Karabaj, el gran olvidado

Ante el aumento de la tensión en el conflicto entre Nagorno Karabaj y Azerbaiyán, tras la operación antiterrorista lanzada por este último que ha dejado más de 25 muertos, la periodista resalta que Nagorno Karabaj se ha convertido en el gran olvidado debido a la guerra en Ucrania. Bonet recuerda que en el otoño de 2020, Azerbaiyán, Armenia y Rusia firmaron un acuerdo en el que Rusia hacía de 'broker' y prestaba sus tropas de pacificadores para proteger a los armenios de Nagorno Karabaj. "Ahora Rusia no ha podido o no ha querido proteger a los armenios de Nagorno Karabaj a pesar de que firmó este acuerdo, de que tiene pacificadores y pese a que Rusia es aliada de Armenia", señala.

El conflicto se ha complicado mucho durante los últimos meses. Azerbaiyán ahoga, desde hace nueve meses, a Nagorno Karabaj porque había cortado la única ruta que une Nagorno Karabaj con Armenia. Algo que están pagando 120.000 personas. Para la periodista estamos ante una gran crisis "bastante olvidada".

Lo triste y desgraciado de esto, dice Bonet, es que no hubieran podido ponerse de acuerdo antes. "Igual que Rusia quiere destruir a Ucrania y no la reconoce como tal, İlham Əliyev, presidente de Azerbaiyán, tampoco reconoce a la comunidad armenia como tal y no está dispuesta a darle ningún tipo de autonomía". Hay un paralelismo en cierto sentido, dice Bonet, entre estos países.

Además, recuerda la experta, la guerra de Ucrania también influye, puesto que Azerbaiyán es aliado de Turquía y Rusia no quiere enemistarse con ese país. Los armenios, por otra parte, están en un callejón sin salida porque el presidente del país llegó siendo apoyado por una revolución popular y no hay muchas simpatías entre Əliyev y Putin. "No tiene salida si se ve obligado a recurrir a Rusia. La sumisión del presidente para que no quedarse solo sin Moscú han dado poco resultado", dice.

Lydia Ramón Espinosa de los Monteros

Graduada en Periodismo por la Universidad de...