"La machistada en la mesa a Guerra se la ríen y se la compran. De hecho seguro la ha probado entre el público afecto"

Madrid

A mí me parecería muy bello que respondiese Alfonso Guerra con esa cantinela. Es que ahora ya no se puede decir nada y lo cancelan a uno por cualquier tontería. Que lo dijese concretamente mientras le cortan el pelo en esas charlas habituales que tenemos con los peluqueros cuando vamos allí. En fin, estamos, una vez más, ante la incomprensión fatal del hombre mayor que toda la vida decía lo que le daba la gana y le reían las gracias y ahora sigue diciendo lo que le da la gana. Esto es importante subrayarlo, pero se les contesta. La machistada en la mesa a Guerra se la ríen y se la compran. De hecho, seguro que la haya probado antes entre el público afecto y haya dicho entre risas la que voy a liar... "Esto, esto, ahora ya no se puede decir... la resistencia, como hemos terminado..." ¿Siendo la resistencia de qué, señor Guerra? Sabiendo que la vicepresidenta no le va a contestar en los mismos términos. Esta es la ventaja cutre con la que se juega cuando se hacen estos comentarios. No se le va a contestar en los mismos términos por una cuestión de elegancia. La primera elegancia de todas es saber en qué mundo vives. Un sitio, por cierto, en el que te suelen poner elegante es en las peluquerías.