El arte de la radio

Un arquitecto del Renacimiento, Leon Battista Alberti, dijo una vez que los cuadros son "una ventana abierta a través de la cual se puede mirar la historia". La verdad es que ejemplos para confirmar esa teoría los tenemos a puñados; desde Fra Angélico a Dalí, desde Murillo hasta Hopper. Por eso estoy tan contento de que treinta años después hablemos de arte en 'La Ventana'. Es una de las últimas aportaciones, y de la que más orgulloso me siento, a este maravilloso proyecto que Xavier Sardá se inventó y que Gemma Nierga elevó a la estratosfera; o sea, a incorporar un programa de radio al paisaje vital de miles de personas.

También podríamos apelar al cine y a Hitchcock con "La ventana indiscreta", otra prueba irrefutable de cómo conversar sobre algo que no estás viendo agudiza la imaginación y enriquece el lenguaje. Y, además, demostración de que la cultura figura en nuestro ADN. Pero creo que al buen oyente de radio no le hacen falta explicaciones ni tampoco ninguna exhibición de poderío porque sabe -y lo disfruta a diario- que el gran verbo que conjuga la radio es acompañar.

La Ventana cumple 30 años asomándose a la vida y recibiendo todo tipo de aires porque su viaje es de doble dirección. Me emociono al celebrarlo. La radio es sentimiento. Y eso nadie nos lo podrá robar.