David Trueba: "El presente es muy absorbente pero hay que hacer esfuerzos por preservar algunas joyas de la historia"

Madrid

La película Saben Aquell se sitúa en Barcelona durante los años 60 y 70, cuando el cómico empieza a convertirse en todo un referente del humor. Desde su intención de ser joyero a arrancar su andadura musical de la mano de su mujer Conchita en Els dos. Y su posterior reconversión, casi por accidente, en uno de los cómicos más recordados del país.

David Trueba reflexiona que "la vida de Eugenio contiene elementos de tragedia muy potentes y, hay esa especie de juego constante entre lo que está sucediendo en la vida real y lo que tienes que hacer en el escenario". A lo que asegura que el cómico "nunca se planteó en serio la posibilidad de ser artista y mucho menos humorista". Todo fue una serie de concatenación de elementos que conforman una biografía que se aleja de las prototípicas.

Lo que hacía Eugenio en directo es difícil encontrarlo ahora en televisión. Fumaba, bebía alcohol en vaso de tubo y, contaba chistes que reflejan y enmarcan una época de la historia de España. El director destaca que ha reflejado "un país con unos componentes de desesperación, grisura, tristeza y, en otros momentos de gran ilusión". Ilusión por reírse y, en un tiempo en el que hacer reír era complicado. "Durante el franquismo estaba prohibido que una persona saliera al escenario e improvisara", subraya Trueba.

Eugenio acompañaba a su mujer con la guitarra y, cuando ella faltó durante dos semanas, se veía incapaz de sostener el nivel de las actuaciones. Así que para remediarlo empezó a contar chistes. Cuando su mujer vuelve le ayuda a construir un personaje que ha calado en la memoria de los españoles. David Trueba revela que "Conchita es el gran personaje de la película y, se aprecia en los vasos comunicantes que hay en las relaciones y en cómo afectan las ausencias y las presencias".

Sobre la tarea de explicar a Eugenio, Trueba señala que "las generaciones más jóvenes tienen una relación con el pasado muy distinta a la que teníamos nosotros cuando éramos jóvenes. El presente es muy absorbente pero hay que hacer esfuerzos por preservar algunas de las joyas de la historia". Quizás, la primera imagen para empezar a recordarle sea la de Eugenio con un cigarrillo en la mano a punto de decir: "Saben aquell que diu...".

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