"Lo que necesitamos los farmacéuticos es lo que necesitan los pacientes, que nos dejen más margen de actuación"

Según los datos del informe anual 'Estadísticas de Colegiados y Farmacias Comunitarias', presentado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, el sector farmacéutico español emplea a más de 22.000 empresas y más de 78.000 farmacéuticos colegiados. Una cifra que ha crecido en cerca de 2.000 personas en el último año. De hecho, el número de farmacéuticos colegiados en España crece más rápido que el número de farmacias.

Con motivo del Día Mundial del Farmacéutico. Guillermo Martín, conocido en redes como Farmacia Enfurecida y autor del libro 'Consulte con su farmacéutico', ha visitado ‘La Ventana’ para transmitir como es ser farmacéutico en España.

Un oficio que en muchas ocasiones se enfrentan a situaciones límite como las amenazas. "Suele ser porque no damos las cosas sin receta. Algunas son muy fuertes, incluso hemos tenido que llamar a la Policía, aunque no es la norma. En España suelen darse enfrentamientos de paciente porque no les podemos dar lo que nos pide. Hay momentos de tensión", ha explicado Martín.

"En parte, hacemos una labor social"

Ganar un lugar más importante en el sistema sanitario es una de las necesidades por las que luchan los farmacéuticos. "Lo que más necesitamos los farmacéuticos es lo que más necesitan los pacientes, que nos dejen más margen de actuación. Que nos dejen participar en el sistema sanitario porque hay cosas que nosotros no podemos ayudar y la gente se enfada con razón. Por ejemplo, si a un paciente le mandan un medicamento en cápsulas y no lo tenemos, pero si en comprimidos, nosotros no podemos cambiarlo porque no nos dejan".

Según Martín, la farmacia tiene un encanto especial, convirtiéndose muchas veces en un pequeño centro social para los vecinos. "Hay gente que viene prácticamente todos los días a ver a quién se encuentran. Luego se quedan en un banco en el parque hablando. En parte, hacemos una labor social, sobre todo con la gente mayor que se siente sola y vienen a la farmacia a contarnos sus cosas".

"Se nota que la gente se desahoga"

En las redes sociales plasma las respuestas a las preguntas más frecuentes que le plantean en la farmacia. Normalmente, lo hace en formato video. "Además de estas preguntas típicas que ya hemos plasmado, en redes nos hacen algunas más extrañas. La gente me escribe por privado para tratar temas más específicos, parece que así pierden la vergüenza y el miedo, aunque me piden que no lo cuente. Los casos más frecuentes son relacionados con la sexualidad".

En el mostrador de una farmacia se puede detectar las enfermedades de una sociedad nerviosa, que no duerme o que necesita tranquilizantes. "Se nota que la gente se desahoga. Por ejemplo, en la época de la pandemia, cuando más tensión había, aumentó mucho el consumo de ansiolíticos. Sí que sirve para tomar el pulso sociablemente. Cuando ves que tienes varias cosas de gente que no duerme y está nerviosa, puedes deducir cosas", ha explicado.