"Mucha gente lo compara con un hijo, pero esto es mucho peor": Manuel Jabois y el vértigo de que la gente empiece a leer su nueva novela

Madrid

Mucha gente lo compara con un hijo, pero esto es mucho peor. Cuando enseñas el bebé, nadie te dice “este chaval no me engancha, no me gusta; me gustan los pies pero lo cierro cuando llego a la cara”, nadie te dice “conocí a tu nuevo hijo? Me gustó más el primero”. Es un vértigo muy sofisticado porque has pasado muchos meses de tu vida tu sólo con una historia y cuando la entregas no puede cambiar nada, y créeme que tienes muchas ganas de cambiar cosas. Este libro en concreto no ha leído nadie antes de irse a la imprenta. Así que las primeras personas a las que se lo he enviado han sufrido como nunca las taras, las inseguridades y los complejos de su creador.

La última vez que vino mi hijo a Madrid yo estaba han ilusionado que abrí Flight Radar, una aplicación en tiempo real que muestra el vuelo en directo, y me puse a ver cómo el avión cruzaba España durante 50 minutos. Esto es igual. Cuando le envíe el final a mi editora, Carme Riera, 3.000 palabras de corrido, me quedé mirando tanto tiempo el teléfono con la pantalla bloqueada que pasó por detrás un camarero y avisó a la ambulancia. Y por otro lado es un momento glorioso. Porque aún no sabes si has escrito el Quijote. Luego te van a decir que no. Pero aún no te lo han dicho. Y cuando empiezan a leerlo los primeros, descubres asombrado que las páginas que a los lectores les gustan, las páginas que ellos marcan, no son las que tú habías imaginado. Y algo mas: llevas dos años creyendo estar escribiendo sobre algo, y los primeros lectores te dicen de verdad sobre qué has escrito. Te cuentan a ti tu novela. Y esa es la mejor prueba de que esa novela está viva: porque las historias nunca son de quién las cuentan, son de quienes las leen.