Antón Losada utiliza solo dos palabras, y mucha ironía, para definir el acto del PP en Madrid
En El Abierto de 'Hoy por Hoy', el periodista gallego acusa además a los líderes del PP de "falta de respeto". Berna González Harbour y Carlos Navarro Antolín también han analizado el evento de los populares: "Se habrán ido contentos a casa, pero a la hora de la verdad..."
"Fue una falta de respeto": 'El Abierto' de 'Hoy por Hoy' analiza el acto del PP en Madrid
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, ha liderado este domingo el acto en la plaza de Felipe II de Madrid, que ha reunido a "más de 60.000 personas", según los cálculos del PP, 40.000 asistentes, según la Delegación del Gobierno en Madrid.
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En el acto, en pleno barrio de Salamanca, han estado los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, el partido y sus simpatizantes han expresado su rechazo a la amnistía a los condenados por el 'procés', a menos de 48 horas de que arranque en el Congreso la investidura de Feijóo que, previsiblemente, será fallida. Todos los 'barones' territoriales del PP se han desplazado también a la capital para arroparle.
En 'El Abierto' de 'Hoy por Hoy', con Àngels Barceló, hemos querido analizar lo que significa este acto, la repercusión que puede tener y cómo llega el líder del PP a la investidura de esta semana.
¿Qué consecuencias tiene el acto del PP?
Antón Losada, político, periodista y escritor: "Me pareció un acto de terapia colectiva, un grupo de gente que protestan porque no sale lo que ellos han votado, y otros indignados porque muchos se empeñan en votar a otra gente que no son otros. Votantes que se manifiestan contra un país y una sociedad que no les gusta. Una mezcla entre terapia de grupo y manifestación de impotencia. La democracia es así, hay gente que ha votado más cosas. Ayer pudimos escuchar una enorme falta de respeto a los que no piensan como ellos. Empezaría por pedir respeto a los oradores de ayer. Se puede discrepar, tener ideas diferentes, tener principios, ser una persona honrada, querer a tu país y defender la legalidad, y no ser un corrupto y un inmoral. Me encanta que la gente se movilice, es lo que hace que un partido sea activo. Pero, ¿para qué? Ayer fue un nuevo hito de la historia moderna del transporte de viajeros en autobús. ¿El objetivo cuál era? ¿Darle un abrazo cariñoso a Feijóo? ¿Protestar contra algo que no ha sucedido todavía? ¿Protestar con una investidura que tampoco ha sucedido todavía? ¿Cuál era el objetivo? Además de criticar y faltar el respeto a todos los que no piensan como ellos, ¿qué más? Dudar de la integridad moral de alguien simplemente porque piensa diferente a ti, o decirle que es un indecente, es una falta de respeto. No hay que llamarle a alguien inmoral porque piense diferente".
Berna González Harbour, periodista y escritora: "Hace unos días veíamos en la Diada unas organizaciones que llevan a decenas de autobuses a Barcelona, y nuestro análisis es 'los votos son los votos'. Con el PP ocurre lo mismo, han llevado decenas de miles de personas en autobuses y no tienen la fuerza suficiente. Ayer vimos el regreso del 'antisanchismo', que vuelve con fuerza. Que por cierto, en las últimas elecciones municipales y luego las generales fracasó, se estrelló. Este 'sanchismo' que representa cosas diferentes a la derecha es muy polifónica y que representa diferentes sensibilidades y que no quieren retroceder. Esta mayoría es la que ha vencido, no el 'antisanchismo'. Claro que es una terapia, hacen piña, y se habrán ido contentos a casa, pero a la hora de la verdad es salir de esa retórica nacionalista que es un argumento muy gastado y que no se renueva. Han hecho piña, donde Casado ha quedado como un fantasma que no existe. Ha sido borrado de la historia".
Carlos Navarro Antolín, periodista y escritor: "Todo el mundo protesta cuando las cosas no son como entienden que deben ser. Unos capitalizan la bandera nacional y ortos han tratado de capitalizar la calle. Tampoco puede percibirse que parece mal el activismo cuando es de derechas, y no cuando es de izquierdas. Podemos llamarlo terapia, exhibición de músculo, coger aire tras el 23 de julio, algo que le sirve a Feijóo o para lo que le toca venir. Le viene muy bien a Feijóo la investidura para que haga un discurso productivo. Dirigentes decían en privado que era el tercer acto más importante en la historia del PP. Les ha servido para tener la moral alta y para evidenciar que hay una preocupación en la calle: la amnistía no es ningún artificio, es algo grave. No veo en ningún caso ayer faltas de respeto. No he visto incidentes ni insultos. Autobuses había, evidentemente, como también los había con el 1-O, nada que desmerezca en absoluto el acto. Son opiniones lógicas con las que se puede discrepar. La verdadera falta de respeto más absoluta ha sido una vicepresidenta del Gobierno acudiendo a ver a un prófugo de la justicia, un delincuente, un fugitivo y a hacer sonrisitas con él en el parlamento".
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