Recovo, la plataforma española de intercambio de tejidos que lucha contra la moda rápida: "El comprador puede comprar el algodón que le sobra a otra firma para hacer vaqueros"
Sus tres fundadores, extrabajadores de Inditex y Tous, han conseguido ahorrar 18 millones de litros de agua y 90.000 kilogramos de dióxido de carbono

Los Revolucionarios | Recovo, la segunda vida de la "basura textil"
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Madrid
Según el último informe de la Global Fashion Agenda, una de las mayores instituciones que luchan por la sostenibilidad en la moda, cada año se confeccionan unas 100.000 millones de toneladas de prendas en todo el mundo. De todas ellas, alrededor de 92 toneladas terminan en un vertedero bajo la denominación "desecho textil". La globalización ha creado un circuito comercial en contacte flujo. En Asia se produce la mayoría de la ropa que, posteriormente, venden las firmas en Europa y el norte de América. Cuando dejan de ser de utilidad, llegan a África y Latinoamérica para su destrucción o venta en mercadillos.
Uno de esos puntos críticos se encuentra en el desierto de Atacama. Hasta la localidad de Iquique, a 1.800 kilómetros de Santiago de Chile llega el excedente de las grandes corporaciones textiles. Se calculan que alrededor de 300 hectáreas de este espacio árido están ocupadas por el "cementerio textil". En las inmediaciones del puerto de esta localidad, una zona franca con beneficios fiscales, se han instalado más de medio centenar de importadoras que compran prendas, que no se han vendido en Estados Unidos, para distribuirla por el país. Aquellos tejidos que no se pueden comercializar por segunda vez, terminan sobre la arena, contaminando el suelo y aumentando el riesgo de incendios.
Para evitar que esta imagen se pueda repetir en otros puntos de la geografía mundial, los gobiernos se han centrado en fortalecer las leyes para promover una economía circular. Pero, solo el 13% de las prendas terminan reciclándose, según la Global Fashion Agenda. La Comisión Europea ha optado por luchar contra la denominada fast fashion en su Green Deal. Y es que la industria de la moda es la cuarta más contaminante, por detrás de sectores como la alimentación, el inmobiliario y el transporte. Los acuerdos de los Veintisiete, recogidos en una estrategia común, se centran en fomentar el reciclaje y promover un consumo responsable.
La institución ha puesto el foco en los propios productores, sobre quienes recaerán las responsabilidades de cada uno de los eslabones de la cadena de valor. Incluido, la reconversión en residuo. Ante esta tesitura, tres extrabajadores de la industria de la moda decidieron buscar una segunda vida para esos excedentes de telas que quedan en las grandes fábricas de las firmas. Así nació Recovo, una empresa que, mediante una plataforma tecnológica, pone en contacto a empresas del mundo textil para convertir los "desechos" del vendedor en "tejido útil", para el comprador.
¿Qué son los desechos textiles?
"Nos lo preguntan mucho", señala Mónica Rodríguez, CEO y fundadora de Recovo, sobre la definición de "residuo textil". En sus palabras, hace referencia a "aquellos materiales que sobran después de una producción". En resumen, se ajusta a la acepción "rollos de telas" o incluso, restos de hilos. En ese punto, entra esta plataforma de intercambio para crear "conexiones" entre las grandes empresas de la moda y las pequeñas firmas. "Las empresas descartan los materiales y siguen con sus nuevos diseños, pues nosotros los recuperamos y les damos una segunda oportunidad con otras firmas", apunta.
Sobre el nuevo marco legislativo, Rodríguez apunta que las empresas "deben reciclarlos o recuperarlos" para evitar castigos o multas. Por este motivo, algunas empresas ya han comenzado a instalar basuras o puntos de recogidas en sus establecimientos. Además de, claro está, promover el uso de tejidos sostenibles. "Manejamos los datos del producto, como precios, calidad o los materiales y el comprador se mete en Recovo y busca lo que quiere", explica antes de ilustrarlo con un ejemplo. "Si por ejemplo quiero algodón para hacer vaqueros, lo puedo conseguir", matiza.
Ahorro de 18 millones de litros de agua
Los principales clientes de Recovo se dividen en dos grandes grupos. Por un lado, los compradores se componen, en su mayoría, de grande firmas con un volumen de ventas elevado. Mientras que son las pequeñas marcas de ropa, con una colección anual, aproximadamente, las que demandan el excedente de materiales. "Somos una plataforma intermediaria, somos la conexión, no compramos ni dejamos en stock, nosotros creamos el vínculo y sale del almacén del vendedor al del comprador", detalla sobre el modelo de negocio bajo el que operan en el mercado.
Con las ventas, Recovo, tal y como apunta su CEO, "ha ahorrado más de 18 millones de litros de aguas y 89.333 kilogramos de dióxido de carbono". Además, gracias al trabajo de sus 21 trabajadores, han recuperado 1.7 millones de metros, con un valor de stock superior a los 6 millones de euros. En otras palabras, supone la distancia que separa la isla de Tenerife de Madrid. Además, sus tejidos, han estado presentes en pasarelas y semanas de la moda como Copenhague, Barcelona y Londres.

Moda rápida: la factura oculta
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