Alerta por petróleo: el barril tocará lo 100 dólares

Madrid

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunció a principios de septiembre que volvía a recortar la producción de esta materia prima. El precio del barril de Brent comenzó a escalar los precios, superó los 95 dólares por barril y se dio por hecho que llegaría a los 100. Por ahora el precio ha corregido, ronda los 93 dólares, pero varios analistas aseguran que alcanzará las tres cifras.

Antoni Cunyat, colaborador de los estudios de economía y empresa de la UOC y profesor del departamento de análisis económico de la Universitat de València, cree que habrá subida, pero que "no es probable que sea algo sostenible en las condiciones actuales, porque cada encarecimiento del precio del petróleo supone una presión para la inflación, mayores tipos de interés, menor crecimiento económico y, por tanto, más riesgo de recesión". Esto, asegura el profesor, genera un momento en el que "se acaba" porque "crecimiento económico acaba tirando hacia abajo la demanda y acaba diluyendo este efecto", asegura el Cunyat.

El economista apunta a que este repunte era lógico: "El movimiento que se hizo a partir de abril [recortar la producción] era porque por debajo 70 u 80 euros el barril no le convenía a Arabia Saudí". "Se encuentran cómodos ahora mismo en esta banda cercana a los 100 dólares", dice Cunyat, "más no les conviene apretar", sentencia.

Cómo afectará a la inflación

Su efecto ya se ha dejado sentir en el precio de la gasolina, que ha subido más de un 10%, y el gasóleo, que su precio se ha incrementado cerca de un 14%. En España, donde la inmensa mayoría del transporte se hace por carretera, es inevitable que acabe afectando a prácticamente todos los productos de consumo. También se dejará sentir en el precio de los viajes en avión. Si antes el litro del combustible que usan costaba 100 dólares, ahora cuesta 130, una subida que irremediablemente repercutirá en el precio de los vuelos.

La incógnita será como puede afectar a la inflación justo en cuando la mayoría de los bancos centrales creen que las subidas de tipos han terminado, o solo queda una subida más. El IPC de los países está siendo más rebelde de lo esperado, está costando que baje, y si ahora, justo cuando que parece que comienza a reducirse, se dispara el precio del petróleo, el miedo a que la inflación retome la senda alcista se vuelve muy real.