El hombre que fue despedido por su edad y al que el Supremo ha dado la razón: "Cambiaban a gente mayor por jóvenes con peores condiciones"

Existe un término para un tipo de discriminación que, últimamente, se está dando cada vez más. El concepto "edadismo" lo introdujo el ganador de un premio Pulitzer, Robert Butler, en 1969 para referirse a los estereotipos discriminatorios contra ciertas personas por su edad. Este rechazo se da en distintos ámbitos de la sociedad, incluso en el laboral pese a que la normativa lo prohíbe.

Es el caso de Pedro Fernández, un trabajador de una multinacional en Madrid que fue despedido en 2020 con 58 años para contratar a alguien más joven que él. Pedro denunció el despido y la empresa tuvo que readmitirle. Tras varios recursos, el Tribunal Supremo ha ratificado que se trataba un despido nulo al considerarlo discriminatorio por edadismo.

Pedro ha querido asomarse a 'La Ventana' para contar su historia, ya que tras nueve años trabajando, se le comunicó su despido a través de una llamada: "Estaba teletrabajando en casa, en periodo post pandemia. Precisamente al reincorporarme de las vacaciones, recibí una llamada de Recursos Humanos comunicándome que la empresa prescindía de mis servicios".

Este trabajador de 58 años ha asegurado para el programa que se encontraba perfectamente, aunque ya sospechaba que esto podía ocurrirle. "Yo veía que la empresa se estaba procediendo a eliminar personal, sobre todo personal mayor. Las sustituciones que se producían era por gente recién salida de la universidad y con unas condiciones económicas peores que las de la plantilla más veterana", cuenta.

Un despido difícil de demostrar

Para completar este caso de despido por razón de edad, hemos querido incorporar a la conversación a Jon Zabala, abogado laboralista desde hace más de veinte años. "La sentencia de Pedro no inventa esto. Esta discriminación está prohibida, lo importante es que se consiga probar. Hubo unas declaraciones del presidente de la empresa a nivel mundial que dijo que había que cambiar lo viejo por lo nuevo y que en la empresa solo se podía trabajar hasta los 60", explica el abogado.

Estos despidos improcedentes por edadismo son más comunes de lo que pensamos, lo que ocurre es que suelen ser bastante difíciles de demostrar, según cuenta Zabala: "Se dieron unas circunstancias estadísticas en la empresa en España, porque los mayores de 50 eran únicamente un 11% de la plantilla y el mes en el que se despidió a Pedro eran el 57% de los despedidos en Madrid". Y es que estos datos normalmente se ocultan: "También fue importante que pudimos demostrar estos datos, que normalmente son muy difíciles de encontrar. Fue un delegado sindical involucrado el que hizo un estudio magnífico".