Escribir en el mismo lugar en el que lo hizo Truman Capote: residencias literarias para escritores
La Fundació Finestres ha reconvertido la casa de Palamós (Girona) en la que el autor estadounidense escribió parte de 'A sangre fría' en una residencia de escritores
Escribir en la misma habitación en la que lo hizo Truman Capote
En la primavera de 1960, Truman Capote llegó a la Costa Brava huyendo de las distracciones de Nueva York para centrarse en la escritura de 'A sangre fría'. En los dos siguientes años repitió la misma estrategia de aislamiento voluntario: llegaba en primavera y se iba al finalizar el verano. Pasó un total de dieciocho meses en la Costa Brava en los que consiguió aburrirse lo suficiente como para poder escribir.
El último de aquellos veranos, el de 1962, lo pasó en Sanià, una casa blanca imponente, brodeada de calas y acantilados que, a partir de ahora, y por iniciativa de la Fundació Finestres, albergará una residencia literaria.
La casa está prácticamente igual que cuando Truman Capote la habitó. Son tres plantas diáfanas y luminosas. La planta baja consta de una biblioteca y la cocina. En la primera planta, dos habitaciones con dos estudios y baños individuales. La última planta está ocupada por un gran salón y una habitación con baño independiente. La residencia puede albergar hasta cuatro escritores a la vez. El cuarto de ellos tiene que estar dispuesto a sobrevivir sin wifi, pues se le asigna una cabaña independiente, encima de una cala, a la que no llega la cobertura.
Nicolás G. Botero es el director de la residencia. La idea es que los escritores pasen aquí un mes sin tener que preocuparse por nada. Una cocinera se ocupa de las comidas. La casa está rodeada de naturaleza, de buenas vistas, de sol, de tramontana. "Aquí los creadores pueden tomarse un tiempo, ir despacio, salirse de una rutina de trabajo", asegura Botero.
Además de favorecer la concentración y facilitar el tiempo para la escritura, la convivencia entre escritores es una de las razones de ser de la residencia. "La mayoría se ganan la vida de otras maneras y nunca tienen tiempo para charlar de libros, de películas, de música. Aquí, una mañana, se sientan a charlar y se preguntan entre ellos, se cuentan qué han escrito durante la mañana y conversan. Los comentarios de uno pueden inspirar una página de otro. El intercambio es constante", afirma Botero.
Durante el último año, Sanià ha acogido a una quincena de escritores para poder testar la experiencia. Irene Solà, Pol Guasch o la periodista Leila Guerriero son algunos de los que ya han pasado por la casa.
Leila Guerriero aprovechó su estancia para investigar la huella del escritor en Palamós. Averiguó que Capote hizo poca vida social en la ciudad. Su objetivo era estar centrado y tranquilo. Nunca más volvió a la Costa Brava. 'A sangre fría' marcó un antes y un después en la vida del escritor. Terminó la historia en Estados Unidos porque necesitaba el final: el ahorcamiento de los dos asesinos de la familia Clutter.
Capote publicó la historia por entregas en el New Yorker y, un año después, en 1966, en formato libro. Puede que sea un poco esotérico -o esotérico del todo- creer que las personas dejan su huella en los lugares en los que escribieron. Botero se ríe al planteárselo. "Yo quisiera creer que esta casa tiene un contexto creativo. Leila Guerriero escribió sesenta páginas en un solo día. Ya son varios los autores que han acabado aquí sus libros. Quizá no es esoterismo, pero este lugar te pone en un punto en el que la imaginación se estimula".
Pues bienvenida sea la inspiración.
Emma Vallespinós
Guionista en 'La Ventana'. Coordina la sección...