Más de 29.000 niños y niñas han tenido que huir de Nagorno Karabaj

El éxodo de armenios residentes en Nagorno Karabaj sigue en marcha hasta el punto de que las personas que han decidido quedarse, o que no han podido huir por estar heridas o ser demasiado mayores, es mínimo en relación a la población que residía en esa región antes de la ofensiva de Azerbaiyán para controlar el territorio. Según los datos de Naciones Unidas, alrededor de 100.000 personas han cruzado la frontera del total de 120.000 armenios que vivían en Nagorno Karabaj. Este lunes, UNICEF ha alertado de que 29.000 de esos desplazados son niños y niñas a los que se va a intentar recolocar en escuelas de Armenia. De momento, la agencia de la ONU ha dispuesto un espacio seguro para atenderlos en la ciudad fronteriza de Goris, donde se han desplegado equipos para dar asistencia pediátrica a estos menores. «Estamos trabajando con el gobierno armenio para garantizar que los niños refugiados no sólo estén seguros hoy y ahora, sino que tengan acceso a la educación, a los servicios de protección infantil y a la atención primaria a largo plazo», explica Christine Weigand, representante de UNICEF en Armenia, quien avisa además de que los menores necesitan en muchos casos atención psicológica por el trauma que han sufrido en los últimos días. Por su parte, la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, califica la situación de «emergencia humanitaria» y avisa de que Armenia puede que tenga que atender a toda la población que residía en Nagorno Karabaj. De momento, el gobierno de Ereván está prestando asistencia en Goris mientras que el de Azerbaiyán aseguró a finales de la pasada semana que en estos días habilitaría la entrada de ayuda internacional a Nagorno Karabaj. Hasta el momento, Estados Unidos ha prometido el envío de ayuda por valor de 11 millones y medio de dólares (10,9 millones de euros), la Unión Europea de hasta 5 millones y España de 1 millón de euros. El gobierno armenio ha confirmado este lunes que el flujo de personas que está cruzando la frontera está decreciendo después de que más de 21.000 vehículos hayan recorrido el corredor abierto desde Nagorno Karabaj. Funcionarios y una pequeña parte de la población de Nagorno Karabaj se han quedado en esa región. Los miles de armenios que están yéndose de Nagorno Karabaj lo hacen por el temor a las represalias de Azerbaiyán, aunque el gobierno de Bakú ha negado que vaya a ejercer represión contra ellos. A pesar de ese argumento, la observadora enviada por el gobierno de Estados Unidos avisó la pasada semana de que había documentado casos de violencia ejercida contra los civiles armenios. Hoy el presidente azerí, Ilham Aliyev, ha augurado que, una vez que su gobierno controla Nagorno Karabaj, el Cáucaso Sur puede «entrar en una era de paz», y ha justificado la ofensiva militar por el principio de «legítima defensa». Tanto la ONU como varios países occidentales han exigido a Aliyev que garantice la seguridad de los armenios que siguen residiendo en el territorio reconquistado y también de los que están optando por marcharse.

Más de 29.000 niños y niñas han tenido que huir de Nagorno Karabaj

Después de la huida por miedo de casi la totalidad de la población armenia del territorio bajo control azerí, el gobierno de Azerbaiyán anticipa un "período de paz" en el Cáucaso Sur

Antonio Martín

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