"Es lo contrario a lo que me gusta": la decepción de una comensal de 'First Dates' tras ver a su cita
La cita estaba condenada al fracaso antes incluso de empezar
Madrid
Desde que se estrenara en abril de 2016, el restaurante de First Dates ha sido testigo de cientos y cientos de citas de todo tipo. Desde auténticos flechazos que han acabado en boda a los pocos meses de conocerse en el programa hasta otras citas en las que se veía desde el primer momento que no había ningún tipo de conexión entre sus comensales. Es el caso de Raffaella y Roberto, quienes dejaban claro desde el primer momento que se iban a volver a casa igual de solteros que llegaron. La primera en llegar al restaurante fue Raffaella, una italiana afincada en Barcelona que reconocía frente a las cámaras que le encantaría pasarse la vida viajando.
Más información
- Lo nunca visto en la historia de 'First Dates': un comensal se hace un 'simpa' y Carlos Sobera acaba pagando la cuenta
- Encuentran el cuerpo sin vida de un joven de 22 años que participó en 'First Dates' tras varios días desaparecido
- Acude al restaurante de 'First Dates' en patinete y el comentario que suelta al llegar deja sin palabras a Carlos Sobera
A pesar de que lleva algo más de cuatro años viviendo en la ciudad condal, la protagonista de esta historia le explicaba a Carlos Sobera que todavía no había conocido el amor en nuestro país: "Es muy difícil encontrar a alguien". La italiana reconocía que sí que había tenido alguna que otra cita durante todo este tiempo. No obstante, ninguna de las personas con las que había salido quiso algo serio. De ahí que decidiera presentarse al restaurante de First Dates, donde venía buscando un chico alternativo (con tatuajes a poder ser), que fuera creativo o con intereses.
"Sé que es muy superficial, pero..."
Tras describir a su chico ideal, Carlos Sobera procedía a dar la bienvenida a la que sería su cita: "Toda la suerte del mundo, Rafaella, a ver si conseguimos que te enamores". Sin embargo, la italiana no tardó más que unos segundos en descubrir que no era el indicado. Tras ver a Roberto, la protagonista de esta historia tenía claro que le habían emparejado con alguien que no le gustaba ni un poco: "Le he visto y he pensado que es lo contrario a lo que me gusta". Sin embargo, ambos se sentaban a cenar para encontrar puntos en común.
A medida que avanzaba la cita, Raffaella descubría que Roberto era un hombre muy culto e interesante. Sin embargo, la primera impresión le impedía querer seguir conociendo a su pareja en el plano amoroso. Pese a que era consciente de que el hecho de que no te guste alguien por su apariencia es un tema muy superficial, la italiana no sentía ningún tipo de atracción por su cita. Aunque reconoce que podría pasar por alto el hecho de que no fuese rubio, no puede con el hecho de que no sea tan alto como le gustaría.
Raffaella no quiere seguir conociendo a su cita
Por todo ello, y aunque la cita entre ambos fue bien, su relación estaba condenada al fracaso. En la decisión final, Roberto reconocía en primer lugar que sí que le gustaría volver a quedar con Raffaella para seguir conociéndola. Sin embargo, la italiana no opinaba igual. Pese a que se lo había pasado en grande con su cita, y que le había parecido una persona muy interesante, no le gustaría tener una cita "en plan pareja".
No obstante, la comensal sí que abría la puerta a tener una cita artística con la que ambos pudieran disfrutar de sus aficiones en común. De esta manera, ambos se citaban para una segunda quedada por Barcelona en la que podrán seguir conociéndose mejor: "Nos veremos por Barcelona, seguro".
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...