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Opinión

Qué me estás contando, Alfonso

Es un hombre que quizá aún no se ha enterado de lo que ha pasado este verano. Como tantos otros a los que nunca nadie pone ni pondrá su nombre a un sitio importante

Ángeles Caballero: "Dios te oiga, Alfonso"

Hace años, el Ayuntamiento de Getafe le puso a una de sus calles el nombre de Rigoberta Menchú. Había recibido el premio Nobel de la Paz por su tarea como defensora de los derechos humanos en Guatemala y parecía un nombre redondo, sin fisuras. Al poco tiempo leí un titular que señalaba a Menchú y la acusaba de cosas horribles, y en vez de comprobarlo, sobrerreaccioné.

¿Por qué mi pueblo le había dado hueco a semejante persona? ¿En qué lugar de la historia nos iba a dejar aquel error garrafal? Jamás se comprobó que el contenido de aquel titular, por cierto, fuera verdad.

Ángeles Caballero: "Qué me estás contando, Alfonso"

No he venido a hablar de mi juventud, porque no procede, pero sí me parece pertinente hablar de los nombres que le ponemos a los sitios importantes. Me pregunto por qué, por ejemplo, hay un enjambre de calles de Alcobendas con nombres de deportistas. Casillas, Nadal y Alonso. Grandísimos en lo suyo, que es un poco también lo nuestro. ¿Pero qué pasa si un día, por ejemplo, se los descubren como asesinos en serie? ¿Hay una edad mínima para que pongan tu nombre a un sitio? ¿No sería mejor cuando estés muerto?

Y ya que nos ponemos. ¿Cómo es posible que haya gente que escriba su biografía con menos de treinta años?

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Una votación popular en Getafe decidió en 1998 que el estadio de fútbol se llamaría Alfonso Pérez. Tampoco había mucho donde elegir, para qué engañarnos, porque somos gente muy digna, pero poco dada a la épica, a ser referentes. Al menos en el deporte. Alfonso, a cuyo hermano pequeño, aquí viene una confesión, le compré una vez el boleto de una rifa porque me pareció muy guapo, jugó en el Madrid, en el Betis y en el Barça, tuvo ratos de parecer llegar a todo y quedarse en medio nada. Nunca jugó en el Getafe, por cierto, y en cuanto a cosas relevantes por el desarrollo de la ciudad, ha construido un buen puñado de pisos, ya que hay una constructora que lleva su nombre.

Le ha dado una entrevista al diario El Mundo en el que dice unas cuantas sandeces que se parecen mucho a las que dicen algunos de mis amigos.

Por ejemplo, que le parece muy bien que las mujeres tengan su espacio y sus derechos. Muchísimas gracias, Alfonso. Que hay mujeres trabajando en todos los cargos de grandes empresas y nadie les cierra ya puertas. Dios te oiga, Alfonso. Que no se pueden quejar de lo que es actualmente el fútbol femenino. Qué me estás contando, Alfonso. También dice que obligaría a besar la bandera española a los y las que visten la Roja para saber que defienden con honor y honestidad la camiseta de su país. Hijo de mi vida, Alfonso.

El Ayuntamiento de Getafe propone quitar el nombre de Alfonso Pérez a su estadio tras sus declaraciones contra el fútbol femenino

Ayer por la tarde, el equipo de fútbol y el ayuntamiento comunicaron que el estadio ya no llevará el nombre de nuestro deportista más importante y se quedará simplemente en Coliseum. Otro nombre que también se las trae, por cierto.

Porque Pérez es una persona que “quizá no está completamente alineada con los valores de respeto, tolerancia e igualdad del deporte”, dice la alcaldesa Sara Hernández. Y creo, sinceramente, que es un error que procede de otro. Porque demoniza a un tipo que expresa sus opiniones, bastante contrarias a las mías, pero que se parecen a la de tantos vecinos de Getafe.

Es, como dice también la alcaldesa, un hombre que quizá aún no se ha enterado de lo que ha pasado este verano. Como tantos otros a los que nunca nadie pone ni pondrá su nombre a un sitio importante.

Y por supuesto, no me puedo olvidar del último comunicado que ha hecho Alfonso Pérez. Ahí, ha dicho una de mis frases favoritas: “No soy machista. Tengo madre, mujer e hija”.

Ángeles Caballero

Periodista. Colabora en 'Hoy por Hoy', con Àngels...