El dinero turbio de Vox

Barcelona

La ultraderecha mantiene una relación fea con el dinero turbio. El Tribunal de Cuentas acaba de advertir a Vox de que cometió ilegalidades al aceptar donaciones privadas, y de que puede ser multado. No es el único partido afectado, también algunos otros de los pequeños. Pero sí el único que se fundó don una financiación de un millón de euros procedentes del extranjero, de círculos iraníes vinculados con organizaciones fichadas como terroristas en EEUU.

Hay movimiento de sillas y cambios de responsabilidades en el grupo ultra, a causa del polémico manejo del dinero. Se ponen en cuestión pagos a un asesor personal de Santiago Abascal, o al hijo del dueño de la televisión Intereconomía, profascista y quebrada. Así como traspasos por un total de seis millones de euros a la fundación Disenso.

El propio Abascal ha ocultado durante meses al Congreso -en su declaración obligatoria de rentas- ingresos de 1.500 euros mensuales en concepto de presidente de su grupo parlamentario.

Estos desvíos, ilegalidades y corruptelas no alcanzan todavía el dramático nivel del partido de sus mayores: el PP fue, en 2018, el primer partido español condenado judicialmente como entidad jurídica en un caso de corrupción. Pero Vox va de alumno aventajado.